La remodelación del Departamento T en la Ciudad de México transforma un espacio de 415 m² en un refugio chic y sofisticado. Inspirado en una fusión de estilos parisino y neoyorquino, el diseño utiliza una paleta de tonos neutros y contrastes dramáticos entre mármol, madera de nogal y herrería negra. Integrando mobiliario italiano y piezas a medida, el proyecto prioriza la luz natural y la conexión con el exterior a través de tres balcones, uno de ellos intervenido paisajísticamente. Este rediseño refleja el estilo de vida actual de su propietaria, creando un hogar personal y elevado que reinterpreta la elegancia urbana de la Ciudad de México.
La reciente remodelación del Departamento T, una residencia de 415 m² ubicada en el vibrante corazón de la Ciudad de México, refleja un cambio profundo en la vida de su propietaria. Este apartamento, que ocupa todo el octavo piso, se concibió como un refugio elevado sobre el bullicio urbano, diseñado para una habitante que ahora vive sola y ha buscado un espacio que hable de sus gustos personales y necesidades particulares.
Desde el acceso, se despliega un juego de contrastes que define el carácter del proyecto. La paleta de tonos blancos y negros, el mármol pulido y la calidez de la madera de nogal conforman el lenguaje visual de la residencia. La coherencia conceptual fue crucial en la elección de materiales, con paneles oscuros marcando las transiciones entre las áreas públicas y privadas, mientras que tonos neutros dominan las zonas comunes. Detalles estratégicos, como una pintura de un vibrante amarillo, aportan toques de color y dinamismo en un entorno sobrio y elegante.
El departamento cuenta con un núcleo central de circulación que incorpora un elevador privado hasta el vestíbulo de entrada. Al entrar, un plafón de tela tensada Barrisol baña de luz blanca el espacio, reflejándose en el mármol y destacando el elegante panelado de madera teñida en negro que delimita la estancia. Para maximizar el flujo de luz natural, se optó por abrir el área de comedor e integrarla al espacio principal de la sala, conectado también con la cocina a través de elegantes arcos de herrería negra, una transición sutil entre lo contemporáneo y lo clásico, creada por manos artesanales mexicanas.
La cocina, equipada con cubiertas de granito eclipse y gabinetes ARCLÍNEA en acabado PDV Black Stainless Steel, incorpora electrodomésticos de alta gama y un sistema de iluminación escultórica de HENGE que convierte el espacio en un punto focal. Además, una cocina de preparación se oculta discretamente como apoyo funcional de la cocina principal.
Tres balcones ofrecen una conexión con el exterior, uno de ellos con una intervención paisajística del diseñador Pedro Sánchez, quien integró la vegetación para fusionarla con el ambiente interior y aportar un aire fresco al conjunto.
A lo largo de la residencia, se seleccionaron piezas de mobiliario italiano y se diseñaron muebles a medida para la estancia, recámara y estudio. En coherencia con el esquema monocromático, los textiles en tonos grises visten las habitaciones, creando un contraste atractivo en espacios como el vestidor, que fue diseñado como un showroom privado con detalles vintage en encino y espejos bronceados que resaltan las lámparas de barrisol en el plafón.
La pieza central de la sala es un piano, uno de los pocos elementos preservados del espacio original, que junto a algunas obras de arte de valor sentimental, aporta un toque de historia al renovado ambiente. Inspirado en una fusión de estilos parisino y neoyorquino, el Departamento T emerge como un hogar chic y sofisticado, un espacio profundamente personal y exquisitamente elaborado que encapsula la elegancia urbana de la Ciudad de México.
- Estudio
- Chain + Siman