Espacios que se conciben bajo la premisa de generar un ambiente tenue, tranquilo y sosegado para que la ‘’calma’’ haga su efecto en la percepción del paciente.
La intervención a nivel de proyecto se realiza en un local de manzana compuesto por tres áreas unidas entre sí con diferentes alturas. El espacio resultante se encuentra contenido en un desnivel exterior que da lugar a fachadas casi inexistentes en todo su perímetro.
El proyecto se fundamenta en dotar al centro Odontológico de un carácter ligado a la filosofía de atención detallada y trabajo minucioso de los propietarios. Como consecuencia, los espacios se conciben bajo la premisa de generar un ambiente tenue, tranquilo y sosegado para que la ‘’calma’’ haga su efecto en la percepción del paciente.
Desde un inicio se ha estudiado de forma cuidadosa como se percibe el espacio nada más entrar por la puerta de acceso, evitando la contaminación de recorridos, visuales inapropiadas desde distintos espacios de trabajo así como ruidos molestos. Todo ello configura una planta singular e irregular en diferentes puntos que da cabida al programa.
Los diferentes desniveles entre locales se resuelven con planos inclinados integrados a lo largo del recorrido, se plantea un cubo de cristal quebrado y volado, visible desde el acceso que delimita la sala de espera principal y aporta espectacularidad al proyecto. En el ala donde se sitúan los gabinetes de trabajo se plantea un doble recorrido interno con la idea de diversificar los distintos espacios odontólogo/paciente y facilitar a su vez las intervenciones quirúrgicas del propio quirófano.
Desde una aproximación honesta y esencial al diseño, Murillo Arquitectos plantea una intervención que reduce los acabados y elementos ornamentales a lo estrictamente necesario, permitiendo que los materiales y la luz sean los verdaderos protagonistas del espacio. Se opta por una paleta cromática compuesta por una gama de grises oscuros, cuidadosamente aplicada a través de distintas texturas —morteros, lacados, cerámicos— que aportan riqueza visual y táctil, evitando la uniformidad y generando una experiencia sensorial diversa.
Este fondo sobrio se equilibra con la presencia cálida de la madera de nogal americano, cuyas vetas naturales introducen un contraste orgánico y elegante. La madera no solo aporta calidez, sino que establece un diálogo sutil con las superficies neutras de paredes y techos, generando una atmósfera envolvente, sofisticada y contemporánea.
Uno de los elementos clave del proyecto es la iluminación, diseñada de forma precisa para cada rincón del espacio. Se utiliza una luz cálida, tenue y cuidadosamente dirigida, que no solo revela la textura de los materiales, sino que también moldea el volumen y acompaña los recorridos. La luz se convierte así en un recurso narrativo que potencia la arquitectura y favorece una experiencia íntima, tranquila y refinada.
Con este proyecto, Murillo Arquitectos demuestra una vez más su capacidad para combinar sobriedad material, calidez espacial y rigor técnico, creando ambientes atemporales donde cada elemento tiene un propósito y cada detalle suma al conjunto
- Estudio
- Murillo Arquitectos