Casa Eñe. Una casa pasiva de madera y corcho al borde del parque natural

ESTUDIO

A media hora del centro de Madrid, emplazada en una zona residencial y lindando al norte con el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, se encuentra Casa EÑE; una moderna y actual casa pasiva de madera creada por Estudio Albar.

Esta casa pasiva de madera parte de la premisa de los clientes de lograr una vivienda de consumo energético casi nulo y mínimo impacto medioambiental. Por ello, se tomó la decisión de certificar la vivienda bajo el estándar Passivhaus, garantizando que la vivienda alcance los más altos estándares de eficiencia energética, confort y sostenibilidad.

Casa Eñe. Casa pasiva de Estudio Albar
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Una singular casa pasiva hecha de estructura de madera, completamente industrializada, con fachada de corcho y pavimentos de cal, logrando el máximo confort para los usuarios y un hogar sencillo y minimalista.

ENTORNO PARA UNA CASA PASIVA

Casa Eñe. Casa pasiva de Estudio Albar
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Al noroeste de la ciudad de Madrid encontramos el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, una gran reserva natural que sirve de límite del conjunto urbano de Madrid con la Sierra de Guadarrama. Un lugar muy especial.

Dentro de este entorno natural, existe un pequeño pueblo serrano, Hoyo de Manzanares, que cuenta con un núcleo urbano consolidado y diferentes urbanizaciones de viviendas unifamiliares diseminadas por este entorno.

Así llegamos a nuestra parcela, una parcela de 1.800m2, rectangular, con un terreno prácticamente plano y con un conjunto de encinas en su centro. Pero al norte de la parcela, detrás de una tapia verde de arizónicas, se extiende el Parque: hectáreas de encinas, jaras y enebros. Y al fondo, la Sierra de Hoyo.

PRIMERAS DECISIONES

Casa Eñe. Casa pasiva de Estudio Albar
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La primera decisión fue la de incorporar el Parque a la parcela: retiramos esa tapia verde, conscientes que retirábamos una especie prohibida en el Parque y así unir la Parcela y el Parque. Romper los límites cerrados de la urbanización. Integrar el Parque y su naturaleza en la vivienda. No tiene sentido tener este entorno en tu mano y encerrarse detrás de una tapia.

A partir de este momento, se plantea una estrategia muy sencilla de implantación para dar forma a la vivienda: al norte, maximizar las vistas; y al sur, maximizar el soleamiento.

Así configuramos una vivienda rectangular, de 40 metros de largo y tan solo 6 metros de ancho, de tal modo que todas las estancias de esta casa pasiva de madera cuenten tanto con las vistas al norte como el soleamiento del sur.

ABRIR HUECOS AL PAISAJE

Casa Eñe. Casa pasiva de Estudio Albar
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A lo largo de las dos fachadas principales de esta casa pasiva de madera, al norte y al sur, se abren grandes huecos cuadrados. Los del norte, ligeramente más pequeños para minimizar las pérdidas energéticas, enmarcan el paisaje y lo introducen en la vivienda. Los del sur, introducen el sol.

Este contenedor prismático acoge un programa de vivienda de 250 metros cuadrados con un esquema muy sencillo. El perímetro queda liberado de cualquier tabique o elemento inmóvil, llevando a este perímetro las circulaciones de la vivienda. De este modo, cualquier circulación por la vivienda es equivalente a un paseo por el campo. Éste está siempre presente, silencioso, como un elemento más de la vivienda. No hacen falta cuadros, cada estancia tiene un marco a la Naturaleza.

Y en planta primera, totalmente independiente a la vivienda, se corona con un pequeño pabellón destinado al despacho profesional de la familia. Al mismo se accede, nuevamente, deambulando por la cubierta plana, con el Parque como telón de fondo. Nuevamente volvemos a pasear por el campo, aunque en este caso para llegar al trabajo.

ALCANZAR LA MÁXIMA EFICIENCIA Y CONFORT

Casa Eñe. Casa pasiva de Estudio Albar
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Alcanzar la certificación Passivhaus no sólo es sinónimo de Consumo Enérgetico Casi Nulo en esta casa pasiva de madera. El fin último de la misma es lograr el máximo confort para el usuario en su interior: que el usuario esté bien en su casa, que las condiciones de humedad, temperatura y corrientes de aire, sean óptimas.

En invierno captamos el calor del sol a través de los grandes huecos del sur, energía que se filtra a través de la vegetación caduca plantada en todo el jardín sur. Los días nublados, a modo de apoyo, se han instalado en los tres baños de la planta baja tres radiadores toalleros. Nada más.

En verano, nos protegemos del sobrecalentamiento a través de la estrategia más simple y natural que puede existir: vegetación caduca. Por ello, se plantó en el jardín sur especies autóctonas como el Quercus Pyrenaica (roble melojo), Acer monspessulanum (arce de Montpellier) o Ulmus minor (olmo común). Garantizando un sombreamiento de la fachada en verano y que sus ramas desnudas en invierno dejen pasar el sol en invierno.

En verano, de nuevo otra estrategia tan simple y antigua, como la ventilación cruzada nocturna, nos garantiza un refrescamiento natural y eficiente de la vivienda. Así mismo, la única ventana orientada al oeste, una orientación muy peligrosa, cuenta con un fuerte alero descolgado que la protege del sobrecalentamiento en verano de esa orientación.

Lo eficiente no es generar más energía verde, sino necesitar menos energía.

La envolvente de esta casa pasiva de madera cuenta con una altísima eficiencia energética, alcanzada mediante altos espesores de aislamiento de casi 30 cm en fachadas y cubierta. El forjado de hormigón, el único hormigón empleado en esta vivienda, garantiza la inercia térmica del terreno en los meses de verano.

Pero tan importante es un buen aislamiento en la vivienda, como una excelente hermeticidad al aire. En esta vivienda, a través de dos exhaustivos ensayos “Blower door”, se ha garantizado tener una envolvente completamente hermética a cualquier corriente de aire no deseada. Ya puede soplar fuera un viento huracando fuera que dentro no se va a mover una cortina.

Junto estas estrategias y elementos pasivos para garantizar el máximo confort interior del usuario, esta casa pasiva de madera cuenta con un sistema de renovación de aire que controla la calidad interior del aire, garantizando unas condiciones óptimas en cuanto a niveles de dióxido de carbono.

CASA INDUSTRIALIZADA

Casa Eñe. Casa pasiva de Estudio Albar
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Un condicionante de este proyecto, era la necesidad de ejecutar la obra en un reducidísimo plazo de seis meses. Esto hizo que se emplease una solución de muros de entramado ligero de madera previamente montados en fábrica.

Mientras en obra se estaban ejecutando los cimientos de la vivienda, en una fábrica se estaba elaborando, montando y ensamblando el armazón principal de la vivienda. Reduciendo considerablemente el tiempo en obra de montaje de la estructura, pudiendo levantar por completo la vivienda en tan solo dos semanas.

Esta solución industrializada, permitió ejecutar esta casa pasiva de madera con un gran control de calidad y precisión, eliminando errores humanos en obra, sobrecostes, imprevistos y retrasos. Este tipo de obras conlleva un gran trabajo previo en despacho, pero evita muchos problemas durante la ejecución.

SISTEMA CONSTRUCTIVO EN MADERA

Casa Eñe. Casa pasiva de Estudio Albar
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MUROS

Se ha empleado madera laminada de abeto, con certificado de procedencia de bosques gestionados de manera sostenible, para todos los elementos estructurales y de tabiquería de esta casa pasiva de madera.

Muros de carga de entramado ligero en todo el perímetro de la vivienda garantizando una alta eficiencia y ahorro energético a través de sus 16 cm de espesor rellenados de lana mineral.

Casa Eñe. Casa pasiva de Estudio Albar
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La madera en estos muros perimetrales actúa tanto de elemento estructural como de elemento aislante. Frente a otros materiales fácilmente industrializables, como el acero o el hormigón, la madera es el único de todos ellos que aporta un excelente aislamiento térmico.

La crujía de 6 metros de la vivienda, aparte de garantizar que todas las estancias cuenten con vistas al Parque como con el soleamiento del sur, se hizo para garantizar una eficiencia en los elementos estructurales de cubierta. Es una distancia que se puede salvar fácilmente con madera sin necesidad de recurrir a apoyos intermedios ni a grandes cantos de viga.

CUBIERTA

Forjados íntegramente ejecutados en madera de abeto laminado mediante una estructura de vigas que apoyan en los muros perimetrales. Forjados nuevamente rellenos con aislamiento de alta eficiencia energética procedente de fuentes recicladas.

Casa Eñe. Casa pasiva de Estudio Albar
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VENTANAS DE MADERA

En esta vivienda se han empleado carpinterías mixtas de madera de pino al interior y aluminio al exterior. Solución que evita futuras operaciones de mantenimiento en las mismas, al ser consideradas elementos imprescindibles para garantizar la correcta hermeticidad de la vivienda.

Casa Eñe. Casa pasiva de Estudio Albar
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En los huecos del norte, para minimizar las pérdidas energéticas, se han empleado triples vidrios con doble cámara de gas argón e intercalario de pvc. Mientras que, en las carpinterías de la fachada sur, para maximizar las ganancias solares, se han empleado dobles vidrios con cámara de gas argón en esta casa pasiva de madera.

AISLAMIENTOS

Las fachadas se completan al exterior, con dos capas de corcho de 4 cm de espesor cada una, fijadas mediante morteros de cal con corcho, garantizando la correcta adherencia e impermeabilización del cerramiento. A parte de aislamiento, el corcho queda como material de fachada. Mimetizándose con el entorno y añadiendo una materialidad natural capaz de variar y envejecer con el tiempo. El mantenimiento de este material es absolutamente inexistente. Simplemente te ha de gustar su capacidad de envejecer como le puede suceder a otros materiales naturales como la piedra o la madera.

MATERIALES NATURALES

Para el interior de esta casa pasiva de madera se han empleado únicamente materiales naturales, libres de compuestos volátiles y tóxicos, materiales transpirables e higroscópicos.

Madera de abeto laminada procedente de bosques gestionados de manera sostenible en los elementos estructurales. Corcho natural de alcornoques de Badajoz y Portugal para la fachada y pintura ecológica para el interior. Ventanas de madera de pino y tabiquerías forradas de tableros chapados con hojas de roble.

Para el pavimento de toda la vivienda, enfatizando la idea de continuidad de la vivienda, se ha empleado mortero de cal natural sin juntas. Un pavimento contínuo, formado por mortero de cal y cera natural, una solución 100% natural sin resinas y sin compuestos orgánicos volátiles. Un pavimento natural y muy agradable para caminar descalzo y sentir bajo tus pies.

SOBRE ESTUDIO ALBAR

Estudio Albar Quienes somos

Estudio Albar nace en el año 2013 de la mano de Daniel Lozano e Irene García, como respuesta a la búsqueda de una arquitectura más personalizada y adaptada a cada familia, necesidad y ubicación. Desde entonces, su misión ha sido clara: apostar por la sostenibilidad, la sencillez y minimalismo y la eficiencia energética en cada proyecto. Creen en una arquitectura sencilla y auténtica, sin artificios innecesarios.

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