Un ático dúplex con mucha imaginación

ESTUDIO

Proyecto de un ático duplex en una finca regia en el barrio de Galvany de Barcelona. La finca fue construida en el 1910. El ático se compró con la intención de reformarlo y sacar partido a las terrazas. Algunas de
ellas estaban cerradas, se pudieron abrir y conseguir así rodear la mayoría de las estancias.

A la vivienda había que ponerle mucha imaginación, estaba muy compartimentada, muchas habitaciones pequeñas y sin luz. No se necesitaban muchas habitaciones, únicamente cuatro. Eso permitió agrandar al máximo las zonas comunes. Se tiraron muchos tabiques, se suprimieron casi todos los pasillos y se hizo alguna intervención estructural para agrandar
espacios.

Foto: Montse Garriga

El principal objetivo era ganar toda la luz posible. Se abrieron terrazas, se agrandaron ventanas y cristaleras. Y si algo tiene este piso a día de hoy es muchísima luz. Los nuevos materiales, los pavimentos y las cornisas se pusieron respetando la arquitectura original de la finca. Se conservó la escalera interior de madera que sobrevivió a todos los meses de obra y también algunas de las molduras antiguas. Las ventanas y las puertas de madera se hicieron a medida.

Foto: Montse Garriga

Es un estilo clásico renovado, de finca regia de Barcelona, respetando al máximo el estilo de la finca, carpinterías de medio punto con herrajes antiguos recuperados, chimeneas recuperadas, cornisas y molduras en las paredes pero con todas las comodidades modernas. La línea de los acabados del proyecto eran el blanco cálido, las molduras, las carpinterías clásicas y boisseries lacadas en paredes. Para suelos el parquet de punta hungría de roble. Para la cocina y baños el mármol. Tejidos naturales tipo linos, mezclado con alguna tela antigua. Y para las terrazas tarima de castaño.

Foto: Montse Garriga

El “must” más importante para Mengíbar Blanco es mucha luz por el día pero sobre todo una buena iluminación por la noche. La pensamos para que fuera igual de bonita por la mañana que por la tarde. Luces cálidas y en puntos concretos, de manera que el espacio resulte agradable y acogedor.

265 metros interiores y 130 de terrazas

Consta de dos pisos. En el primero se encuentra un luminoso salón, un comedor que da pie a una de las terrazas a partir de una cristalera corredera, una amplia cocina, un despacho lleno de librerías que comunica con la suite principal y que tiene salida a otra de las terrazas. En la segunda planta encontramos una sala de estar. Decorada con una enorme librería hecha a medida para películas. El piso también cuenta con un par de dormitorios, un baño, un despacho y una gran terraza. Se consiguió aprovechar al máximo la terraza. Ésta cuenta con una cocina independiente, un aseo y un pequeño trastero. En la terraza se puso también una pileta y una ducha exterior. Además tiene su propio acceso directo desde la calle.

Estudio
Mengibar Blanco

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