Los logros laborales de las mujeres siempre se han encontrado bajo el yugo de una canonización discriminatoria. A pesar de las aportaciones innovadoras en sus respectivas disciplinas, la historia ha segregado sus nombres, quedando ensombrecidos por los de otros compañeros de profesión. Hemos tenido que esperar mucho tiempo para ver efectuada una reivindicación digna que devuelva a los espacios públicos la presencia de muchas creadoras, y gracias a publicaciones como Woman Made: Great Women Designers (Phaidon, 2021) esta tarea se hace más alcanzable.
La obsolescencia del canon
Pensemos en uno de los iconos más importantes del diseño: la Barcelona Chair. Hasta hace relativamente poco, ese enigma sostenido a la manera romana de los antiguos curulis solo se acuñaba a Mies van der Rohe. El gran arquitecto. El ejemplo cumbre del star-system. Ahora no nos cabe duda de que esta pieza era tan de Mies van der Rohe como de Lilly Reich; aunque resulta abrumador cómo su firma bajo las creaciones que ella misma hizo sigue apareciendo tímidamente, como si se cediese un lugar no correspondido o equívoco. Esta misma jugarreta histórica, y menciono jugarreta por no decir iniquidad, ha sido una constante en todos los terrenos artísticos —no hay más que ver el conflicto autoral entre Augustine Rodin y Claude Camille— y no tan artísticos: el primer ordenador debe más a Ada Lovelace que a Charles Babbage.
La autora feminista Joanna Russ, centrándose en el mundo de la escritura, acoge precisamente esta problemática en su libro How to suppress woman’s writing (1983): “las mujeres no solo pueden ser renombradas no-artistas; sus contribuciones al arte pueden ser asimiladas por un hombre y reclasificadas como suyas”. En esta actualización de los cánones —hasta ahora copados exclusivamente por hombres— no se pretende desprestigiar o superponer la valía de una persona sobre otra, sino romper con un anacronismo académico que pone el foco sobre varios conflictos: la discriminación de género, el racismo, el edadismo, el clasismo y una campaña de desvalorización hacia aquello que las mujeres crean.
Phaidon: un faro para la historia del diseño
Gracias a las distintas olas del feminismo y a las nuevas perspectivas de inclusión, ejercicios como los de la arquitecta Jane Hall junto a la editorial Phaidon permiten recuperar —no rescatar, porque nunca estuvieron en peligro, sino ocultos— los nombres femeninos que marcaron un antes y un después en la historia de diferentes disciplinas. De hecho, la anterior obra de Hall —Breaking Ground: Architecture by Women (Phaidon, 2019)— sentó las bases de lo que Woman Made: Great Women Designers es en realidad: un glosario sobre 200 autoras que evidencia la invisibilización de algunas de ellas dentro de prácticas como la arquitectura y el diseño.
Esta exhaustiva publicación —ordenada alfabéticamente por un motivo editorial justificado— demuestra la inmensa contribución de las mujeres al desarrollo del diseño en cada época gracias a sus producciones, que en gran medida fueron precursoras de nuevos planteamientos estructurales, técnicos y materiales. Con ilustraciones de gran formato y un texto sencillo, los ejemplos se van sucediendo según los apellidos, en una ratio temporal que abarca desde el nacimiento de Aino Alto en 1894 hasta el de Mimi Shodeinde en 1994. «Con la estructura de la A a la Z aparecen muchos contrastes, por lo que no te acomodas a una cronología y puedes comenzar a ver objetos fuera del tiempo en el que se presentan”, detalla la arquitecta.
La peculiaridad del discurso conductor del libro se centra en los objetos funcionales que pueden ubicarse en el hogar: muebles, iluminación, textiles, cerámica, etc. Quizás con la intención de declarar este espacio como el más mutable a lo largo del último siglo. Y es que muchos de sus cambios han impactado, sin duda, en la transformación de la vida familiar y los roles de la mujer dentro de la casa, convertida también en un territorio de lucha creativa como demostraron Charlotte Perriand o Jane Dillon.
Un abanico de mujeres diseñadoras
“Tienes a mujeres a lo largo del tiempo sentadas una al lado de la otra. Así que encuentras a alguien como Zaha Hadid intercalada entre Greta Grossman y Virginia Hamill, que trabajaban para grandes almacenes. Esto crea yuxtaposiciones realmente interesantes«, confiesa la británica. Justo esa mirada interseccional es la que busca un diálogo entre figuras notables y otras no tan conocidas, entre figuras de ayer y de hoy; porque es posible establecer una comunicación sin precedentes entre creaciones que marcaron un hito y otras que están en camino de hacerse icono.
La Bibendum Chair de Eileen Gray, el Lounge Chair de Ray Eames, la Ghost de Cini Boeri, la Bowl de Lina Bo Bardi o la Due Piú Chair de Nanda Vigo conversan con piezas más actuales como el sofá Savage de Jay Sae Jung So, la Roly-Poly Chair de Faye Too Good, la Tropicalia Chair de Patricia Urquiola, la Capellli Stool de Carol Catalano o la Charlotte Chair de India Mahdavi. Y así, una infinidad de obras, desde textiles hasta artículos para la vivienda, como las lámparas de Anna Karlin y las de Olga Lee o el Tea Service de Margarete Heymann-Löbenstein y el Lof Tableware de Ignacia Murtagh. Página tras página vamos descubriendo imaginarios diferentes, conceptos en los márgenes y un ferviente espíritu de superación individualizado.
Como indicábamos al principio, es cierto que “la mayor amenaza es un sesgo de género” ya que con ello “significa que es menos probable que veamos el trabajo femenino en comparación con sus contrapartes masculinas”; por eso en estos momentos son necesarios libros antipatriarcales como Woman Made: Great Women Designers. Una publicación de Phaidon que desafía al canon presente; una muestra revolucionaria que, de una forma simplista, hace que las mujeres sean más visibles en un mundo que se ha empeñado en borrarlas.
En este enlace puedes ver otros libros interesantes de Phaidon.
Jane Hall es la primera receptora de la Beca Lina Bo Bardi del British Council (2013) y miembro fundador de Assemble, un colectivo londinense ganador del Premio Turner. Sus proyectos se centran en la colaboración entre artistas y arquitectos a través del diseño de instalaciones y exposiciones.
Es un libro publicado por Jane Hall en Phaidon que desglosa varias arquitecturas diseñadas por mujeres durante el último siglo en un formato similar.