El diseñador y arquitecto Per Carlsen imagina amplios mundos imposibles donde las formas colosales ejemplifican un poshumanismo espeluznante, perverso y amenazante. Un reflejo del ser humano como mero espectador de lo que ha hecho, de lo que ha edificado y destruido al mismo tiempo o de su propia herencia en una realidad donde ha sido una simple coincidencia.
Cuando se utiliza el poshumanismo como corriente de pensamiento se suele acabar entrando en el terreno de la ciencia ficción, algo alejado de nuestra dimensión. Para este ilustrador afincado en Oslo, la clave no estaba tanto en la masificación de las ciudades, sino en qué ocurrirá cuando estemos solos frente a las imponentes construcciones con las que hayamos dejado constancia de un final que llegó a ser sospechado surrealista.
La arquitectura surrealista de Per Carlsen
El arquitecto ha ido creando lentamente, como una erosión continua, un ensayo visual siniestro. En él presenta figuras solitarias en muy pequeños grupos o, simplemente, objetos cuyo tamaño conocemos enfrentándose a la majestuosidad de estructuras titánicas. En un contraste asociable a cierto tipo de cultura —el Blade Runner de Denis Villeneuve o la música de Woodkid— va imponiendo una paradoja: la aparición del ser humano es necesaria como referencia, a la vez que centra la idea de soledad, de trasfondo gravísimo, de inquietud crecida.
Carlsen juega con las magnas posibilidades de entornos naturales para erigir ciclópeas cuevas de hormigón, edificios retorcidos con las olas del tiempo, altos altares de cultos desconocidos, miradores de lo que dejamos escapar y etéreos monumentos eviternos. Lo perverso es vernos reconocidos en ellos como especie; la amenaza, el enigma de explorarlos. También esto último el propósito.
Del fin del mundo a Blade Runner
“De manera paralela a mis estudios, he estado dibujando una serie de análisis espaciales en mis ratos libres, donde la arquitectura surrealista y el arte se fusionan”, ha explicado Carlsen. “Esto mismo no es solo algo que me apasione, sino una fuerza motora importante para mi desarrollo en esta disciplina”, añade, dando por entendido que su visión filosófica de la arquitectura hace que, a través de estas imágenes, se genere una conversación.
Una, de hecho, en la que entre en conflicto nuestra dependencia tecnológica y la crisis climática como naufragios previsibles, como una ciencia ficción austera, dolorosa de ver, que dejaría a la humanidad desamparada y en el último plano de un fin del mundo que ella misma ha cimentado.
Por su ubicación escandinava y su carácter imposible, la obra de Per Carlsen recuerda a los diseños de casas anfibias en los fiordos noruegos de Dionisio González.
El poshumanismo es una corriente de pensamiento que busca superar el humanismo entendiendo las limitaciones del cerebro humano y apoyándose en la tecnología para ese avance. Suele utilizarse en la ciencia ficción, la futurología y la filosofía, así como en ecología y climatología.