Ruin and Redemption in architecture es el nuevo libro de Dan Barasch. Publicado por Phaidon, refleja el ciclo de vida de tanta ruinas y arquitectura: un testimonio escrito con el afán de romper la maldición de edificios prósperos que, un día, simplemente desaparecieron o dejaron de ser útiles.
Decía Borges que no hay otra venganza que el olvido; y no hay temor más primitivo que condenarse a la muerte del cuerpo y del nombre. Hay quien, pese al destino, intenta crear recuerdos y almacenarlos como un testimonio que grite yo existí aquí, aunque a su alrededor ya no quede nadie que pueda escucharlo. Quizás ese anhelo haya trascendido a otros ámbitos, quizás los artistas intentan incluir en sus obras una parte de sí mismos con la ilusión de hacerse eternos. Pero el tiempo no suele tratar a todos con delicadeza. Sus creaciones—muchas veces anónimas— se pudren en desvanes, sótanos, maletas o, quién iba a decirlo, en el propio paisaje.
“Caminamos entre fantasmas. Está en nuestras manos el decidir si queremos aceptarlos, celebrarlos y aprender de ellos”. Dan Barasch es un experto de lo perdido; alguien que desea rendir homenaje a los exoesqueletos de hormigón o acero que se vislumbran como un desastre costumbrista. Ruin and Redemption in architecture es un libro testimonial escrito con el afán de romper la maldición de edificios prósperos que, un día, simplemente desaparecieron o dejaron de ser útiles. De ese modo, Barasch recurre a escenarios que condensa en cuatro pilares: la demolición, (Lost), el desamparo (Forgotten), el impulso creativo (Reimagined) y las segundas oportunidades (Transformed).
Dan Barasch es un experto de lo perdido; alguien que desea rendir homenaje a los exoesqueletos de hormigón o acero que se vislumbran como un desastre costumbrista.
Este lexicón arquitectónico editado por Phaidon se inicia con la añoranza de construcciones que se han ido para siempre, como el Palacio de la República (Berlín), las viviendas brutalistas Robin Hood (Londres), el mercado de Les Halles (París) o el palacio neogótico Château de Noisy (Houyet). Un ejemplo del empleo de la demolición para borrar cualquier rastro de vida. Sin embargo, a veces no está claro qué produce más angustia, si marcharse por completo o permanecer sin que nadie repare en tu presencia.
Forgotten nos muestra la mirada más triste, la de estar sin ser nada. Gigantes convertidos en un refugio para algún urbex enamorado de su grandeza pasada, de su atractivo silencio. Algunas de esas víctimas son poblaciones enteras, como la isla acorazada de Gunkanjima en Japón, estadios olímpicos de “usar y tirar” en Grecia, Alemania y Bosnia o altos rascacielos—símbolos decadentes del progreso— como el edificio InTempo en Benidorm.
A mitad de la lectura, cuando uno está sumergido en un halo de nostalgia, el color se apiada de las páginas y rompe el luto. Dan Barasch también apuesta por la inquietud y la valentía de enfrentarse a un lienzo en blanco: “Aquí imaginamos lo que es posible, lo que ha sido tanto soñado como diseñado”. Estudios y artistas ponen sobre la mesa propuestas sin límites para traer de vuelta lugares de abandono, y hacer de ellos espacios de encuentro. Es posible que en un futuro el 11th Street Bridge de Washington pueda llegar a ser un auténtico parque urbano, como una migaja de esa ciudad ecológica de Vincent Callebaut. También cercano a esa visión está el proyecto LowLine de Barasch y el arquitecto James Ramsey, en el que buscan transformar las viejas vías del tranvía Lower East Side en un parque subterráneo. Sin duda, iniciativas que esperan una mano solidaria que las apoye.
Ruin and Redemption in architecture demuestra que las ruinas y arquitectura en el olvido está repleta de historias. Es tiempo de escucharlas. Es tiempo de crear otras.
El último capítulo arroja luz al porvenir de varios enclaves, ruinas y arquitectura, ya reinsertados y formando parte del horizonte. Amasijos que encontraron un destino generoso y acabaron siendo hoteles, restaurantes e incluso viviendas, como la fábrica de cemento de Sant Just Desvern que Ricardo Bofill resucitó, haciendo de ella su propio fuerte, tan lleno de maleza y exotismo. También en esta lista aparecen templos sagrados donde ya no se reza a dios sino a libros, es el caso de la Iglesia Dominica de Maastricht, ahora la Boekhander Selexyz Domicanen. Y grandes hazañas conocidas como la de Herzog & de Meuron, que hicieron de la Bankside Power Station de Londres el popular Museo Tate Modern. En esos mundos dormidos, sumergidos en el peso del silencio, todavía hay esperanza. Barthes estaba convencido de que la fotografía tenía algo que ver con la resurrección, pero son nuestros ojos los que capturan la esencia, los que limpian el polvo de ruinas y construyen sobre ellas nuevas posibilidades. Ruin and Redemption in architecture demuestra que el olvido está repleto de historias. Es tiempo de escucharlas. Es tiempo de crear otras.
Visita la web de Phaidon