Hasta el 8 de mayo de 2022 se puede visitar en el Museo ICO de Madrid la retrospectiva de Anna Heringer. Una propuesta expositiva, comisariada por Luis Fernández Galiano, que navega por el imaginario arquitectónico de una arquitecta estrechamente comprometida con la justicia social y la profundidad de la palabra sostenibilidad.
Anna Heringer: una agenda de compromisos con la arquitectura sostenible
Anna Heringer (Rosenbeim, Alemania, 1997) es una arquitecta que ha construido su carrera paso a paso, diseñando y realizando magníficos edificios que comparten un único estamento: la sostenibilidad. Heringer se formó en la Universidad de Artes y Diseño Industrial de Linz, Austria, donde se tituló en 2004. No obstante, quizá haya que remontarse un poco antes para empezar a vislumbrar la gestación de su concepción arquitectónica. Sería en 1997 cuando, con tan solo 19, se inscribió en una ONG para hacer un programa de voluntariado en Bangladesh. Allí comenzaría a comprender que la arquitectura, a modo de instrumento de acción con consecuencias reales sobre nuestro hábitat, debe eliminar los prejuicios como primer paso para cualquier aventura que se declare comprometida con la exploración de un futuro deseable.
Desde entonces, los planteamientos de Heringer transmiten generosidad, una nueva conversación a muchas bandas y un fondo que transforma el soporte físico en el que nos movemos para erigir una sociedad realmente contemporánea. Para explicar su práctica no es necesario enredarse en elucubraciones teóricas ni en elaboradas soluciones técnicas, tan solo se necesita tierra, madera y bambú. Una visión vernácula y neoartesanal con un activismo implícito. En contraste con otros compañeros centrados en mensajes retóricos y discursos formales, la alemana propone actuar asumiendo la agenda de la sostenibilidad e imponiéndose a sí misma una serie de exigencias sobre los recursos disponibles y los apremiantes retos climáticos, independientemente del lugar donde se encuentre, ya sea el sudeste asiático, Ghana, Bangladesh, Marruecos o la propia Alemania.
Anna Heringer y la belleza de la tierra en el Museo ICO
Todas sus propuestas reclaman al unísono una confianza plena en la arquitectura como motor defensor del desarrollo sostenible. Un motor que utiliza medios, materiales y tecnologías locales para levantar obras cimentadas con una sensibilidad muy intensa hacia el paisaje donde se asientan. Razones más que suficientes para haber sido reconocida con diversos premios internacionales, desde el Aga Khan (AKAA) en 2007 al Obel Award en 2020.
En un vistazo rápido por la recién inaugurada monográfica en el Museo ICO, uno se topa con su escuela METI (Rudrapur, 2006); una extensión de su proyecto final de carrera que colmataría en colaboración con una no menos brillante Eike Rosweg. Muros de tierra y paja, bambú y telas, muchas telas de colores y estampados de sariacogen un programa docente elaborado bajo preceptos bioclimáticos. Recorremos la escuela de formación profesional DESI y su conjunto residencial de viviendas autoconstruidas y alimentadas con energía solar —también en Rudrapur—, apeándonos bajo cañizos, pérgolas emparradas y una infinidad de estructuras porticadas que exhiben las alargadas sombras cálidas de la madera. Para terminar, peregrinamos al Centro de Capacitación en Sostenibilidad y Educación (Marrakech, 2010) y volvemos a la palabra “tierra” cuando nos fijamos en los tonos terruños sus celosías cerámicas.
Otras maneras de ser arquitecta y hacer arquitectura
Anna Heringer muestra que es posible otra manera de ser arquitecta. Trabaja siempre con las manos amparándose en aquello que le proporciona su entorno más inmediato. Actúa para conseguir una mayor justicia social y un impacto positivo en el planeta, reivindicando la belleza como fuente de amor. No dejen de perderse entre los muros del Museo ICO y empápense de la exposición que se presenta allí. Presten atención a un porfolio que puede entenderse como una colección de momentos hiperintensificados de diseño total, catalizando los refugios primitivos de los territorios olvidados para convertirlos en auténticos modelos de estética y empatía. Sumérjanse en la maraña de tapices y colores vivaces donde se inscriben planos, dibujos y croquis de Anna Heringer: una caligrafía amble de la mejor arquitectura.
En este enlace puedes ver otros proyectos de arquitectura sostenible.
Anna Heringer (Rosenheim, Alemania, 1977), arquitecta visionaria y multipremiada, con obra en tres continentes, apuesta por el uso de materiales y técnicas locales para ofrecer un futuro mejor.
En el Museo ICO de Madrid, hasta el 8 de mayo de 2022.