Blackcork ha hecho de los muebles de corcho un complemento perfecto para el hábitat. Esta empresa de mobiliario contemporáneo ha puesto en marcha una línea de creación cuyos resultados confirman la madurez del diseño luso. El centro de su trabajo está en el corcho negro expandido, con el que su equipo realiza piezas atemporales y sostenibles.
En un momento de deriva medioambiental, pocos materiales son tan ecológicos como el corcho. Procedente de bosques de alcornoques, su corteza se convierte en este elemento tan versátil y conocido como ignorado y encasillado. Porque más allá del mundo del embotellado, sirve como aislante, como soporte para muebles e, incluso, como artefacto decorativo. Todo ello sin olvidar su gran talento: es capaz de absorber el sonido, pero, sobre todo, puede capturar el doble de su peso en CO2.
El estudio Blackcork ha hecho de uno de los productos nacionales de Portugal, el corcho, un complemento perfecto para el hábitat. Esta empresa de mobiliario contemporáneo —con sede en Abrantes y dirigida por Toni Grilo— ha puesto en marcha una línea de creación cuyos resultados confirman la madurez del diseño luso. El centro de su trabajo está en el corcho negro expandido, con el que su equipo realiza piezas atemporales y sostenibles.
Desde una perspectiva industrial, es en el desarrollo de los encuentros entre el corcho y otros componentes donde los diseñadores demuestran una maestría técnica y creativa. Taladros, encajes y demás procesos para herir este derivado del alcornoque son ejecutados de manera elegante, sin provocar dolor. Ahí es cuando se pueden encontrar joyas como los espejos Exo, las butacas Cacao o la colección Frame. Verdaderas esculturas tan fascinantes como los acabados para paredes o las series Cut e Ypsilon.
Mirada en su conjunto, la labor de Blackcork es el mejor antídoto frente a sucedáneos de jardines verticales, las imitaciones de muebles famosos o sus clones oficiales. Lo que hacen parece fácil, pero no lo es. Viendo su porfolio, nos resulta imprescindible fijarnos en el vecino Portugal para aprender que hay una dimensión de respeto a la tierra que no se enseña en las escuelas de diseño. Para aprender que volver a las raíces no es retroceder. En las manos adecuadas, lo original, lo ecológico y lo humilde puede ser absolutamente genial.