Büro Ziyu Zhuang ha proyectado un observatorio paisajístico para el valle de Longquan, al suroeste de la provincia de Zhejiang. Una arquitectura que se amalgama con el organicismo del entorno.
Büro Ziyu Zhuang y su nave espacial ameboide
El arquitecto Büro Ziyu Zhuang ha levantado una edificación que configura 4200 m2 como respuesta al paisaje orográfico del valle de Longquan, con el que establece un diálogo formal y funcional entre las siluetas naturales y las creadas por el hombre. Esto ha sido posible mediante una sucesión de volúmenes ondulados y serpenteantes que se arriostran en diferentes puntos, al mismo tiempo que conectan estructuralmente con unos pilares circulares de hormigón de sección generosa. El edificio se extiende en todas las direcciones en vez de quedar bloqueado en un único plano, ejerciendo como una infraestructura que permite el tránsito por el territorio. En este caso, la parte ascendente termina en un mirador cercado por piscinas desbordantes y, luego, por un espacio diáfano y ameboide para el descanso de los viajantes.
De esa manera se refleja la síntesis de una propuesta singular: la que habla de un recorrido progresivo en contraposición a uno lineal. Así se puede probar un trayecto al inicio para, más tarde, regresar y probar otro. La disposición que se percibe es oblicua; es decir, comienza a la altura del acceso y luego se mueve suavemente hacia arriba descortezando, alabeando y multiplicando su superficie a nivel del suelo y en altura. Haciendo esto se vincula inmediatamente la función del observatorio con la de una parada más en el circuito por el valle, eliminando todo lo que impida ver el entorno. Para ello se suprimen todas las traseras y los puntos ciegos con la intención de que la construcción no tenga unos alzados fácilmente reconocibles.
La fenomenología del paseante en un observatorio
Es desacertado pensar en esta obra de manera tridimensional porque sintetiza al máximo su potencia y se pierden muchos detalles. Para aproximarnos a esta nave espacial no hay que interpretar la volumetría, ni tan siquiera la planta. Este trabajo nos apela como paseantes que deciden hacer una parada en su camino y se detienen, por un momento, a observar todo lo que les rodea con la fortuna de encontrase una gran rampa que los eleva y les ofrece unas vistas predilectas, nada más y nada menos. Es interesante la proyección del sendero en altura que pasa por encima de la arquitectura a la vez que la atraviesa. Significa que parte de este puede dar al exterior y, sin embargo, sabemos que estamos dentro de un ambiente continuo. Como si todo el edificio no fuese más que una invitación a continuar andando.
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El arquitecto abrió su primera oficina en 2016. Ahora, en 2023, cuenta con sede en Shanghái Beijing y Berlín.