La función de un premio no es únicamente destacar la excelencia. Es también, aunque quizá seauna tarea inconsciente e invisible, la de contribuir a afirmar y definir unosvalores contemporáneos, actuales, para una determinada disciplina. De ahí la necesidad de darles rigor, credibilidad y compromiso.
Estas son tres cualidades que, en su aún corta trayectoria, ya pueden atribuirse a los premios Living Places – Premios Simon de Arquitectura. Creado en el año 2016 como parte de las actividades de celebración del centenario de Simon, firma dedicada al diseño de cuidadas soluciones eléctricasque garanticen a sus usuarios la posibilidad de crear espacios y atmósferasllenos de intensidad sensorial, el premio cuenta con el asesoramiento y apoyode la prestigiosa Fundación Mies van der Rohe
El rasgo que diferencia singularmente a este premio es el hecho de convertir al usuario en protagonista, en la medida a partir de la cual decidir el valor de un proyecto de arquitectura, de interiorismo, de paisajismo o de espacio público. Toda una declaración de principios para recordar que, antes que la espectacularidad o el peso de una célebre firma, el esencial logro de la arquitectura ha de ser el de ofrecer bienestar.
Así, y en concordancia con la motivación querige la creación de sus propios productos, Simon convoca este premio con elpropósito de reconocer proyectos que aporten un grado especial de calidad queincremente para sus usuarios el disfrute y confort de un lugar. Arquitecturas hechas para ser vividas, para ser escenarios de lo cotidiano.
Este enfoque que convierte a lo humano en el eje central de la arquitectura lleva a introduciruna atractiva particularidad en el proceso de selección de trabajosparticipantes, que es utilizar el formato de vídeo como documento base paraexplicar visualmente la realidad de uso de la obra, complementario a lashabituales descripciones presentadas con dibujos, fotografías y textos. Asimismo, también los usuarios de unadeterminada obra pueden proponerla como candidata a este premio.
A esta última edición han concurrido 145 propuestas procedentes de 12 países europeos y de México. El jurado estuvo compuesto por Davide Rapp (arquitecto y video-maker), Cecilia Tham (fundadora de MOB Makers ofBarcelona), Ricardo Flores (fundador junto a Eva Prats de Flores&PratsArquitectos, equipo que fue uno de los ganadores de la anterior convocatoria deeste premio), Frida Escobedo (fundadora de Taller de Arquitectura) y SalviPlaja (director de diseño de Grupo Simón). De entre todos los proyectos presentados, se escogieron como ganadores la Real State Boom House de Lluís Alexandre Casanovas Blanco (categoría Personal Places) y el Centro Cultural Teopanzolco de Isaac Broid + Productora (categoría Espacios Colectivos).
Del primero, el jurado destacó su capacidad de reflexión y de crítica a través de una intervención mínima, abordandocuestiones como las relaciones sentimentales y conceptuales que establecemoscon los lugares que habitamos, y de aspectos que reflejan las implicacionespolíticas y sociales de la arquitectura. Sobre el segundo, se reconoció cómo elbuen hacer de los arquitectos superó con creces el requerimiento del cliente yproporcionó a la localidad un excelente espacio público para los ciudadanos que, a la vez, los reconecta con la historia del lugar.
El jurado decidió también otorgar unamención al proyecto “Aldo van Eyck. Le Musée Imaginaire” de Alejandro Campos (Ic.arquitectura) por poner de manifiesto cómo la arquitectura se encuentra en un constante proceso de construcción mientras continúe siendo habitada yutilizada, cuando es interiorizada por quienes la habitan, y cómo el trabajodel arquitecto no consiste sólo en diseñar y construir, sino también eninvestigar y experimentar sobre edificios ya existentes, para volver apensarlos de forma distinta.