Desde su creación en 1998, la responsabilidad social y la innovación han sido los motores del estudio finlandés JKMM. Su trayectoria, fundamentalmente de arquitectura nórdica localizada en su país, está protagonizada por edificios públicos, intensamente comprometidos con modelar y activar nuevas formas contemporáneas de relacionarse con la arquitectura.
Las preocupaciones y dudas que constituían el trasfondo de la arquitectura del también finlandés Alvar Aalto conforman las bases sobre las que el estudio de arquitectura nórdica JKMM Architects sustenta su actividad. Una actividad que, como recalcan, está afirmada en el “hacer” frente al “hablar”; una declaración de principios con la que parecen plantar oposición a otras actitudes teóricas y visiones excesivas que se atribuyen el papel de constructoras de este tiempo. El propósito de JKMM Architects es continuar con el legado clave dejado por Alvar Aalto: la preocupación por el individuo y la experiencia humana como motor de cada proyecto.
Arquitectura nórdica para ser feliz
El lema con el que JKMM Architects se presentan es “Recetas para la felicidad”, un concepto que subrayan incidiendo en que “Finlandia es el país más feliz del mundo”. Alvar Aalto reivindicaba contundentemente la felicidad desde un contexto social, económico y político que podía actuar como un territorio muy difícil para la arquitectura. Esto sonaba como un desafío, una resistencia: “Luchamos a diario ante nuestros tableros de dibujo -decía Aalto en una conferencia de 1957- (…)
“Construimos nuestras sociedades priorizando exclusivamente el negocio y la tecnología. Sin embargo, para prosperar el objetivo definitivo debe ser la felicidad. Esa es nuestra meta cuando hablamos de construir una sociedad sostenible”.
JKMM
Conseguimos victorias, nacen casas donde la gente puede vivir feliz, pero necesitamos más ese tipo de victorias que solo son alcanzables dirigiendo los pensamientos hacia la felicidad del hombre”. En el tono de JKMM Architects, vibra, sin embargo, una mayor confianza en la sociedad responsable y receptora de su labor, aunque sin olvidar que la felicidad requiere esfuerzo y que nunca viene garantizada por la inercia y el optimismo.
En otra ponencia, leída en 1959 y titulada Finlandia, el país de las maravillas, Alvar Aalto avisaba sobre la importancia de anteponer los valores humanos a los criterios del mercado y alertaba sobre los riesgos de una “dictadura técnica”, algo de lo que en JKMM son también plenamente conscientes: “Tradicionalmente -aseguran-, construimos nuestras sociedades priorizando exclusivamente el negocio y la tecnología. Sin embargo, esto no es más que el nivel de base. Para prosperar, las comunidades deben aspirar a elevarse para acoger la cultura, el conocimiento y el bienestar. En el nivel más alto, el objetivo definitivo debe ser la felicidad. Esa es nuestra meta cuando hablamos de construir una sociedad sostenible”.
Alvar Aalto concluía esa conferencia apuntando que los arquitectos tienen la responsabilidad de “crear libertad” para no acabar siendo artífices de esa potencial “dictadura técnica” que estandariza la vida individual y colectiva. El equipo de JKMM Architects que en 1998 fundaron Asmo Jaaksi, Teemu Kurkela, Samuli Miettinen y Juha Mäki-Jyllilä cuando todavía eran estudiantes —posteriormente se incorporaron Päivi Meuronen y Teemu Toivio−, se hace eco del planteamiento de Aalto y defiende el valor de “improvisar”, de aproximarse de modo creativo y flexible al diseño específico de cada propuesta. En todas ellas buscan esa particularidad concreta, que se formula desde una sencillez fruto de la depuración del concepto del que parten: “Nuestro trabajo consiste en descubrir lo esencial”, sostienen.
El triunfo del espacio público en la arquitectura finlandesa
El estudio está netamente centrado en el desarrollo de edificios e interiores destinados a usos cívicos y colectivos, en los que predominan los museos y las bibliotecas. Este es un factor distintivo de la arquitectura nórdica de las últimas décadas y de la actitud de sus generaciones más jóvenes, abiertas al diálogo y muy marcadas por la positiva dinámica de concursos que ha llevado, por un lado, a evitar los efectismos y el espectáculo y, por otro, a una puesta al día de la profesión en lo tecnológico y en sus puntos de vista.
Es lógico que las bibliotecas prevalezcan en su currículum y, aún más, que sean las que les han hecho ganar reconocimiento, pues tienen gran protagonismo dentro de su cultura: los finlandeses las frecuentan con asiduidad y se enorgullecen de ellas. Así lo indica la proyectista Tarja Nurmi, señalando directamente a la biblioteca de la localidad de Turku, obra de JKMM, como un ejemplo de éxito de la arquitectura cívica contemporánea.
De hecho, otra biblioteca —esta vez en Seinäjoki— fue la que les hizo encontrarse frente a frente con Alvar Aalto en 2012 y dialogar con el proyecto que el maestro había diseñado en 1967. Todo un reto que implicaba respetar a Alvar Aalto y concebir a la vez un espacio funcional y conceptualmente adaptado a los requerimientos de hoy. Su resolución demostró esa capacidad de ensalzar el imprescindible legado de Aalto —sin dejarse lastrar por su peso— y de formular una solución inédita y renovadora en la que se dio un tratamiento escultórico al interior.
El revestimiento de esa fachada en cobre regresa en uno de sus proyectos más recientes: la biblioteca y centro cívico en la ciudad de Kirkkonumi —finalizado durante 2020—, donde han reacondicionado una edificiación de los años 80 para ajustarla a los nuevos usos de estas instituciones que, como mencionan, constituyen para los fineses una especie de sala de estar fuera de sus casas.
Reordenar lo existente
El usuario y la comunidad son las ideas recurrentes de su narrativa y de la arquitectura nórdica, tanto en obra nueva como en las reformas de estructuras existentes. Algo que vemos, por ejemplo, en el Think Corner de la Universidad de Helsinki: un bloque de oficinas convertido en un enclave totalmente abierto, donde interior y exterior se fusionan. Ellos mismos consideran que los mejores proyectos no siempre surgen de la tabula rasa, pues una construcción preexistente presenta “sorpresas y colisiones” que generan lugares imprevistos que, de otro modo, jamás podrían haberse imaginado.
Ese interés en el individuo y la colectividad fundamenta el énfasis que también ponen en la sostenibilidad. En la iglesia Viikki en Helsinki (2005), se aúnan el deseo de crear un sitio que convoque a la reunión colectiva con unas premisas funcionales distintas a las tradicionales. La elección de la madera como elemento principal pone de manifiesto la inteligente capacidad de JKMM para condensar en un gesto las diferentes claves de una propuesta. Este material no solo proporciona una atmósfera de recogimiento, sino que es cauce para integrar historia y contemporaneidad constructiva. Además, imbuye a la estructura de un carisma singular propio y de una cualidad metafórica que la vincula a la naturaleza.
La vitalidad lúdica de JKMM Architects
El diseño de interiores y de mobiliario también es crucial en su filosofía. De ahí su convicción de que la arquitectura nórdica se eleva a través del diálogo con otras artes, que pueden pasar a formar parte de fachadas, techos, sistemas de iluminación… Su porfolio se ha concretado también en locales comerciales y áreas de trabajo, educativas y para niños.
En todos sus proyectos, el equipo de JKMM busca una particularidad concreta que se formula desde la sencillez. “Nuestro trabajo consiste en descubrir lo esencial”, sostienen.
JKMM
El interior de la guardería Saunalahti está impregnado del espíritu vital que distingue a algunos ámbitos de la biblioteca en Seinäjoki o del colegio Kalasatama, e invita a los niños a utilizar el espacio y el mobiliario con libertad y creatividad —en la estela de la anarquista Pipi Calzaslargas, a quien Päivi Meuronen considera un modelo inspirador—.
Esta vitalidad lúdica, más osada, es quizá el rasgo que define al parque urbano desarrollado como parte de su labor para el Amos Rex Museum en Helsinki, finalizado en 2018. Este consistió en un nuevo museo subterráneo y la renovación de un antiguo edificio funcionalista de 1930. Las protuberantes cúpulas que protagonizan el parque permiten la entrada de luz y generan un original y agradable paisaje público, que ofrece a los ciudadanos múltiples posibilidades de uso y disfrute.
En 2019, JKMM Architects ganó el primer premio en el concurso convocado para el nuevo Museo Nacional de Finlandia. Será una vez más una oportunidad de trabajar con una estructura ya existente —en este caso una joya del periodo romántico— y vérselas con Aalto, ya que esta se encuentra frente al Finlandia Hall. De nuevo reafirman el valor del lugar público, del que deriva la energía de su arquitectura nórdica y su noción de lo esencial.