El diseñador coreano Jinyeong Yeon presenta su último trabajo: Duct Series, lo que traducido al español sería “serie conductos”, que, como sospecharán, se trata de una colección de mobiliario industrial fabricada con conductos de ventilación.
Jinyeong Yeon y su zona de confort
Jinyeong Yeon nos tiene ya acostumbrados a sus objetos en materiales, a priori, poco obvios. A priori. En sus diseños utiliza elementos que se pueden encontrar en cualquier almacén. En este caso, los conductos de ventilación han sido los elegidos. Nos podría parecer una jugada maestra si pensáramos: “Ah, art design que eleva lo básico a lo escultural.” Podríamos decir eso otra vez. Y me refiero a otra vez porque ya hemos visto esto miles de veces.
Lo cierto es que Yeon ya hizo esto antes: tiene una serie a base de perfiles angulares, otra de tuberías de aluminio, otra de planchas de aluminio… Así que no asumiríamos que nos sorprenda Duct Series. Hablamos de volúmenes escultóricos porque no nos queda más remedio, ya que no son del todo funcionales. Si no se moviera en un circuito de galerías de diseño estaríamos ante sillas, mesas y lámparas muy poco prácticas. Porque esa es otra: sillas, mesas y lámparas, nada más allá. Yeon no propone grandes desafíos en cuanto a las formas del mobiliario.
Conductos de ventilación como mobiliario industrial
En su hacer explora —y explota— las cualidades de los materiales sin trabajarlos apenas, algo ingenioso, pero después de varias ocasiones, el resto de su porfolio se vuelve autorreferencial. El mismo truco de magia constantemente. Y no siempre estamos aludiendo a desechos o a cosas recicladas, por lo que tampoco podemos salvarlo gracias al discurso de lo sostenible.
Entendemos que lo que hace Yeon es reconocer en estos componentes el protagonismo que nunca tienen. Conductos o tuberías son importantes, pero secundarios a nivel estético. Que queden expuestos suele ser fruto de la torpeza del constructor. Ahora los vemos retratados con la solemnidad de una pintura al óleo en las fotos de prensa, orgullosos por ser muebles que sí están a la vista. Dignificados y transformados en lo que no eran. Se les ha brindado una nueva funcionalidad, además muy necesaria, porque no teníamos dónde sentarnos hasta ahora.
Ironías aparte, Yeon no es el único en usar estas herramientas, pero quizás sí en recrearse en su feísmo. El dúo belga Muller van Severen realizó un conjunto de asientos hechos de tuberías y Jorge Penadés empleó los perfiles angulares para sus proyectos de las tiendas Camper; en ambos casos de manera más bella, depurada y práctica.
Art design inspirado en la ferretería
El trabajo de Yeon me hace pensar en dos cosas. La primera en el movimiento del arte pop, que creo que comprendimos con aquel cuadro de la lata de sopa Campbell’s; las demás creaciones de Warhol son la aplicación y reiteración de ese mismo arquetipo, lienzo tras lienzo. No aporta nada novedoso: las cajas de Brillo, los retratos de Marilyn… siempre subyace lo mismo en cuanto a discurso o concepto. De igual modo ocurre con Yeon. Ha descubierto un filón para sus colecciones en los pasillos de la ferretería y no parece que vaya a parar hasta recorrerlos todos.
La otra obra que me viene a la cabeza tiene que ver con el material. Yeon me ha llevado a Piero Manzoni y a su Mierda de artista. Debo confesar que la genialidad de Manzoni está muy por encima de la de Yeon, que no es genialidad, sino ingenio. Pero la intención es similar. Cojo algo sin valor económico o sin prestigio y, al convertirlo en pieza artística, se vuelve algo valioso. Ojalá hallásemos lenguajes nuevos, tanto en el diseño como en el arte, porque las dos ideas a las que hago referencia en este párrafo son de los años 60 del siglo pasado.
En este enlace puedes ver otra colección de Jingyeon Yeon.