La naturaleza es una fuente de inspiración inagotable. Ya sea en un jardín privado o dentro de un gran parque ofrece una imagen perdurable que nos hace sentir seguros. Los problemas de contaminación y sobrepoblación que encontramos en algunas ciudades han hecho resurgir las tendencias en el paisajismo que apuestan por recuperar entornos más silvestres, lo que parece llevarnos de lleno a una gran contradicción: ¿se puede construir naturaleza?
Un jardín privado contra lo salvaje
Una villa en el centro de Danyang —un nuevo desarrollo urbano al sur de China— se organiza en torno a un vergel que trata de poner énfasis en la presencia de la vegetación frente a esquemas más construidos. El proyecto de Quidi Design Group reparte tres edificaciones alrededor de una laguna para generar un jardín delantero, que separe la residencia principal del ruido de la calle, y otro de tránsito hacia las dos viviendas situadas al fondo de la parcela.
El recorrido en torno al agua sustituye el juego de llenos y vacíos, que tradicionalmente ha protagonizado el verde contra el gris, por una extensión continua que envuelve todo el entorno. Esta decisión hace necesarios ciertos elementos que permitan que el programa funcione: estructuras para cruzar el estanque, un pequeño paseo por el que bordearlo o zonas estanciales desde las que observar. El agua sirve como eje vertebrador de todo el diseño.
Un paisajismo de Quidi Design Group
El paisajismo utiliza la laguna como un componente arquitectónico. La mancha de agua se recorta con formas orgánicas creadas artificialmente, contornos perfectamente definidos que no ocasionan crecidas ni en esos espacios de transición tan propios de las riberas de los ríos y los lagos. Las plantaciones se distribuyen en franjas a partir de los caminos hasta rellanar todo el hueco restante del terreno. No encontramos jerarquía en los trayectos porque solo existe un sendero que apenas cambia de dimensión. La curva desenfadada se traza y el límite difuso se transforma en un borde rígido.
El jardín privado se entiende muchas veces como un mecanismo más del planteamiento de la arquitectura, una partida adicional que conlleva unas etapas y se culmina con la ejecución de unos trabajos. La propuesta de Quidi Design Group se ajusta a este modelo espacial completamente acabado, un sitio colmatado hasta los topes que impide que el medio interactúe con el diseño y que se mantenga estático a lo largo del tiempo. Quizá no sea posible construir naturaleza, pero no se debería abandonar —especialmente en los jardines— la idea de que el proyecto debe responder ante el lugar más allá del punto y final de las obras.
En este enlace te mostramos otro ejemplo de jardín antropizado en el campus de Vitra.
Se trata de un jardín para una vivienda de un nuevo desarrollo urbano en la ciudad china de Dayang.
En un jardín con una gran lámina de agua que organice tres viviendas dentro de una misma parcela.