Estamos avanzando a un ritmo tan vertiginoso que la realidad física está quedando cada vez más obsoleta. Esta expansión hacia universos digitales donde todo está permitido nos lleva a la experimentación en terrenos como el diseño, donde las formas se tergiversan, la funcionalidad no se juzga y la estética se convierte en el centro de la acción. Con ello, el arquitecto Kaveh Najafian ha llevado esta idea un paso más allá: no solo su ingenio ha tomado parte en su colección Louhi, sino que ha empleado herramientas de IA para desarrollar las sillas surrealistas que la integran.
El auge de diseño digital
Nos hallamos en el límite impreciso entre lo real y lo imaginado. Por un lado, los interiores de Andrés Reisinger o de Six N Five nos envuelven haciéndonos creer que podrían ser habitables a pesar de estar hechos con programas informáticos. Por otro, muchas de las estancias en las que físicamente nos adentramos parecen más bien sacadas de otra dimensión, sobre todo en el ámbito retail, donde la sorpresa es el objetivo más buscado. Vivimos en la digitalización de la realidad que conocemos y por eso prospera la imaginación en código binario: apenas se sabe dónde empieza el render y dónde termina el escenario.
De hecho, marcas como Audi, Nike o Moooi apuestan por la virtualidad para presentar sus nuevos productos. Y no es de extrañar este triunfo cuando los bodegones de sus campañas pueden ser concebidos sin necesidad de seleccionar ubicaciones, realizar montajes o requerir de más personal que el de un diseñador con perspectiva, conocimientos de programación y un software actualizado. Además del CGI o el 3D, existe una tendencia reciente en el uso de inteligencia artificial en terrenos como el arte, donde surgen debates en torno a su valor y sobre cómo, poco a poco, nos sumergimos en un mundo de creatividad computacional. No obstante, dejando las discusiones que mantendrían puristas y liberales en estos nuevos y locos años 20, la proliferación de estas herramientas está confeccionando un nuevo paradigma de creación; una ola que el arquitecto Kaveh Najafian ha surfeado en su colección Louhi junto al estudio Contingency Plans.
Sillas surrealistas con una inteligencia artificial
“En el arte de la IA, todo puede ser posible, pero en un mundo imposible”, comentaba Kaveh Najafian. Razón no le falta. Lo que encontramos en Louhi es una serie de asientos que responden a una mirada afincada en la ciencia ficción. Cuernos de alces que sirven de tronos, madera con siluetas escherianas, estructuras esponjosas como una pared de anémonas, tapicerías impresionistas y hasta una silla de aire victoriano que nada tiene que envidiar a los hinchables de los sesenta. Estas piezas —diseñadas con el programa Midjourney, que convierte texto en imagen— son el resultado de una experimentación que va más allá de la función para dejarle toda la carga conceptual a la forma.
La estética surrealista impregna lo visual de este conjunto que, aunque nos resulte familiar, impacta en su morfología imposible, siempre orgánica y zoomórfica. Una abstracción que la IA ha recreado en butacas para todos los gustos y que podrían sumarse a la moda de los NFT. Estos renders son un grito al cielo para aquellos que piensan que el objeto ha de ser útil por naturaleza, pero también un placer visible para quienes consideran que la lucidez está sobrevalorada. Louhi nos ayuda a vislumbrar todo lo que está por venir en el diseño computacional, solo queda esperar que cada uno de estos asientos pueda pasar de un plano irreal a otro tangible; aunque la comodidad humana no sea el principio ortodoxo que rija su labor.
En este enlace puedes leer acerca del diseño digital de 5 estudios contemporáneos.
Kaveh Najafian para Contigency Plans. Mediante la inteligencia artificial Midjourney.