El banco del artista coreano Hyun Gi Kim se presenta como un singular aparato circulatorio formado por bolsas de sangre unidas a través de un bastidor de acero y metacrilato.
Si uno se sienta en un extremo, bombea el líquido rojo hacia el otro lado dejando toda la transmisión sanguínea en las arterias centrales. Es un diseño muscular que, encapsulado, late al sístole y diástole de sus ocupantes. Gi Kim quiso realizarlo con sangre humana, pero no fue posible por el gran volumen que precisaba inyectar al mueble. Aun así, el resultado no deja indiferente, tanto a quien se sienta, lo contempla o se desmaya ante él.