El arquitecto mexicano Alberto Kalach ha proyectado un hotel sostenible en Oaxaca caracterizado por su arquitectura responsable. Tanto los materiales de construcción como el mobiliario apoyan el comercio y la artesanía local y su propia estructura es consecuente con la historia de la región y la naturaleza circundante.
En México, en la costa que da al océano Pacífico, se levanta hoy un amplio entorno verde que invita al turista a hablar de esa tierra desde la tranquilidad que ofrece su nuevo as bajo la manga. Casona Sforza es un hotel diseñado no solo para el disfrute total del ecosistema azteca, sino también como una punta de lanza de la sostenibilidad.
El hotel sostenible de Alberto Kalach
Ideado por el renombrado arquitecto mexicano Alberto Kalach, Casona Sforza ha sido un encargo del empresario Ezequiel Ayarza Sforza. La combinación de esta creación ecológica sumada a la hospitalidad resultante de un interiorismo de vanguardia ha desencadenado el eslabón que faltaba en uno de los espacios más llamativos de México: Puerto Escondido, una localidad en el estado de Oaxaca, al sur del país, conocida por sus enormes playas, la práctica del surf y el ocio nocturno.
Ubicado en la comunidad La Barra de Colotepec, el edificio nace con un “gran compromiso ecológico”, como sentencian desde el estudio, en el que se incluyen los materiales y sus formas. El hotel está compuesto por volúmenes de ladrillo que configuran techos redondeados —para que la estructura penetre mejor en la naturaleza y se sienta cierta fluidez visual— con técnicas ancestrales para la colocación de los arcos y las bóvedas, además de los ladrillos. Esta mirada, no solo se aproxima al proyecto desde una perspectiva histórica de la región, sino que maximiza las propiedades antisísmicas de las disposiciones abovedadas.
La sostenibilidad, vital para Casona Sforza
El complejo hotelero se distribuye alrededor de una piscina circular ante la que se acomodan las únicas 11 suites —de tamaño variable— que lo componen. En estas, Kalach ha utilizado una paleta de colores neutros y propios del hábitat. Todas se han construido con elementos orgánicos y vernáculos de la zona, tales como la madera, la piedra o la cerámica, algo que apoya a la comunidad local. Este ejercicio promueve un enfoque sostenible y responsable con el medioambiente, sin dejar de lado el carácter global y su percepción tan manifiestamente contemporánea como forzosamente costumbrista.
Por último, los huéspedes de este hotel sostenible tienen la posibilidad de disfrutar de un diseño interior eco friendly, poblado por un mobiliario confeccionado con artesanía tradicional mexicana. Así, los visitantes podrán pasar sus días entre tapetes de Teotitlán del Valle; alfombras y textiles del Valle de Oaxaca; hamacas, sillas y cortinas de Yucatán y lámparas de palma de Veracruz.
En México, la arquitectura responsable está dando sus frutos, como lo demostró el Global Award for Sustainable Architecture que le concedieron a Tatiana Bilbao.
Arquitecto nacido en Ciudad de México en 1960, estudió en la Universidad Iberoamericana y en la Cornell University de Nueva York. Renombrado por sus trabajos sobre la urgencia de una nueva visión urbanística de las grandes ciudades, fundó el colectivo México: Ciudad Futura, así como en 2004 ganó el proyecto par creación de la Biblioteca Vasconcelos de su ciudad natal.
Colindante con los estados de Guerrero, Puebla, Veracruz y Chiapas, Oaxaca se encuentra en el sur de México, dando toda su costa al océano Pacífico.