1998. Una fotografía. El lomo plateado de Giulio Cappellini protege un par de monitos que se esconden tras él. Son miedosos, apocados, callados, jóvenes… No tienen ni idea de lo que se les viene encima. Se llaman Ronan y Erwan Bouroullec. Vendidos a la vieja usanza —antes de los makers—, entonces hacían lo que hoy solo se pueden permitir los niños bien del diseño: experimentación, aparente autoproducción y muchao bombo mediático, pero con Cappellini con su lomo plateado poniendo eso, plata.
En el año 2000, los monitos ya saltaban de árbol en árbol, muy rápido y con mucho talento. Ya hacían piezas históricas. Véase Disintegrated kitchen, Vases combinatoires —donde asentarán las bases del diseño cerámico que hoy nos venden— y el orgásmico florero Soliflor. También se adentraron en el terreno de los espacios dentro de los espacios a modo de matrioska industrial, que muchos intentaron. Los monitos quisieron su casa en el árbol —Lit Clos—, y con ella empezaron la sucesiva supresión del espacio simple: Cabane, Joyn Hut, North Tiles Alcove y Workbays.
Los años pasaban, los monitos se volvieron gorilas y su pelaje plateó en el momento en que la oficina y el hogar se empiezan a mezclar. Desde Alcove y Workbays todos quieren ser los Bouroullec; copiando, claro. Ellos fascinan, los demás dan pena. Hoy, cuando los gorilas gruñen y golpean su pecho, presentamos Grid. sSus voces creativas resuenan en la selva, ese lugar en el que se ha convertido el open space de la fauna “oficinística”. Lo dieron a conocer en la reciente edición de Clerkenwell, y en él encerrarán situaciones, experiencias y trabajadores en constantes reuniones laborales. ¿El freelance como un animal enjaulado?
Grid es el primer objeto de la era postcoworking; no tardarán en copiarlo, pero tardarán en entenderlo. Lo pongo fácil: hablamos de un moodboard de texturas —las texturas por venir—que soluciona el peso visual mediante tramas, transparencias y modularidad. Puede ser poco efectista y menos estético; pero, desde luego, muy maduro. Es diseño industrial, el futuro de la oficina. Hablamos de un producto pensado, eso que parece fácil pero que es lo más difícil. A estas alturas, los hermanos Bouroullec son los reyes de la jungla.