La disidencia intelectual y la réplica cultural siempre han sido aspectos muy importantes y, en algunos pasajes de la historia, vitales. Hoy, en un contexto de confusión globalizada, debemos valorar mucho la actitud punk de algunos creadores que se enfangan en temas inapropiados. En esa latitud podríamos situar a Sholim.
La estandarización masiva del pensamiento
El ángel exterminador fue estrenada hace casi 60 años —una eternidad en parámetros posmilenial—, sin embargo, su análisis es extremadamente actual. Esta película, realizada por Luis Buñuel, refleja la disonancia entre el escaparate social y la esencia humana; mostrando la paulatina degradación de un grupo de distinguidos personajes, encerrados en una incomprensible burbuja.
Delirante combinación de una moral en apariencia delicada y un trasfondo salvaje. En el contemporáneo panorama sociológico de conectividad permanente, esta nociva dualidad se encuentra en todos los estratos del desarrollo humano: educación, política, economía… lo que favorece la normalización de actitudes brutales y una estandarización masiva del pensamiento.
La disidencia intelectual de Sholim
La disidencia intelectual y la réplica cultural siempre han sido aspectos muy importantes y, en algunos pasajes de la historia, vitales. Hoy, en un contexto de confusión globalizada, debemos valorar mucho la actitud punk de algunos creadores que se enfangan en temas inapropiados. En esa latitud podríamos situar al GIF artist Sholim, seudónimo de Milos Rajkovic (Serbia, 1985).
Su propuesta en el territorio de la animación es muy llamativa por el rudimentario montaje y la escasa definición visual de sus piezas, cuya resolución, en ocasiones, dificulta la legibilidad de estas. Esto parece muy chocante en la era Pixar por las posibilidades informáticas existentes y porque nuestra mirada está cada vez más acostumbrada a los acabados 4K. Pero esta imperfección hace que sus composiciones posean una ingenuidad formal muy característica, que rememora la descabellada expresividad de los viejos collages dadaístas. Además, conecta de manera natural con el formato GIF para proyectar sus particulares retratos y escenas.
Un GIF artist para reflejar corrosión existencial contemporánea
Es obvio que a este GIF artist balcánico no le preocupa lo más mínimo el preciosismo ni la virtuosidad técnica; su apuesta se centra en un tipo de textura digital que no oculta la artificialidad de las imágenes, probablemente para incrementar la acidez del mensaje. Sus coreografías, en modo loop, tienen un cierto tono lúdico, pero en ellas subyace una abstracción oscura.
Sholim expone una especie de corrosión existencial contemporánea, derivada de un costumbrismo tecnológico en el que el individuo se diluye. Sus obras son protagonizadas por autómatas perdidos en una espiral de vida impuesta: una danza entre fachada edulcorada e intimidad sórdida.
El GIF artist Milos Rajkovic conjuga multitud de referencias conceptuales y audiovisuales —e incluso ha utilizado fragmentos de imágenes de películas antiguas— para editar sus trabajos, cuyo valor se halla en el resultado de tal mezcla: pequeñas —y lunáticas— reflexiones en torno al ser de este momento.
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