Cuando hablamos de objetos y mobiliario siempre sobrevuelan dos cuestiones. Una, qué es diseño. Y otra —igual de extendida—, si el arte es diseño. Ambas preguntas las hace gente que, definitivamente, desconoce la diferencia entre uno, diez, cien y mil —las escalas del diseño, industrial en este caso—.
Gente que tal vez sin quererlo está llevando a estas disciplinas, más que a una discusión, a una reyerta. Una reyerta en la que diseño y arte manchan sus navajas, y donde los únicos heridos siempre son el ego, la identidad y el autor. A cada movimiento, la función debe explicarse. En la misma condición, el arte no se disculpa, es desbocado e impulsivo. Él es así, no se explica.
Comisariada por Andrés Izquierdo, Functional Art es una exposición de art design. Y el escenario, la galería 6más1. Allí encontramos a Joel Blanco, a quien seguimos en su potencial trayectoria hasta unos jarrones blandos. Frente a ellos, tenemos capullos de insecto: los utilizados por Marlène Huissoud para sus fotogénicos muebles, que decepcionan en vivo. Mateo Maté desarrolla en su mesa España tanta sinceridad como función. Y en ese ámbito se encuentra Max Enrich con sus piezas de fibra de vidrio, o Sander Wassink con sus sillas de resina que resisten el paso del tiempo y cuyas prótesis invitan a una reflexión necesaria. Tellurico firma un mobiliario mórbido con una actitud rebelde como si a Nacho Carbonell ahora quisiéramos llamarlo Ignacio. Y por si todo esto falla, siempre podremos decir —de nuevo— que el diseño bien vale una mesa, y en el caso de Lucas Maassen, una mesa gráfica: la Concrete Penis Table.
Este territorio ambiguo, de piezas elegidas de manera única y no seriada al que llamamos art design, y en el que la conveniencia se diluye bajo capas de capricho, materiales y formas, confunde al público. Busquemos un nombre propio para ese ámbito; un nombre que termine con esta colisión y separe a los contendientes. En Functional Art hay decencia, inocencia y transparencia. Por fin alguien entiende que la función del diseño es una y la función del arte, otra. Por eso, esta exposición no es un paso más, ni un paso en falso. Es la galería 6más1 proponiendo obras en una pugna por acabar con la reyerta.