Siempre he estado enamorado de esta Perriand. Envidio la época que le tocó vivir, sus más de 10 años de colaboración con maestros como Le Corbusier y Pierre Jeanneret, sus vivencias en Japón, país al que profeso una gran estima y en el que he tenido la oportunidad de trabajar. Admiro la capacidad de Perriand y sus coetáneos de cambiar los interiores y la forma de vivirlos. Sin duda, todos ellos fueron un regalo avanzado a su época, que hoy en día todavía disfrutamos los que amamos el verdadero racionalismo.
La colección Refolo de Perriand y producida por Cassina habla de todo esto: de la riqueza de lo sobrio, del objeto bien diseñado, de su polivalencia, del material natural, de la textura, la forma, el olor… Refolo funciona como mesa, poyata, banco o pieza acolchada, con diferentes y múltiples usos, tanto para hogar, retail o contract. Un símbolo del diseño atemporal convertido en un clásico que, como los grandes vinos, mejora con el paso del tiempo. Su neutralidad se contradice con su gran personalidad. Casi siempre provoca una mejora humilde y sin superfluidades del espacio. Una pieza que refleja quién fue realmente Charlotte Perriand. ¡Un lujo!