“Amarist Studio difumina los límites entre arte, diseño y artesanía”. Así definen su trabajo Arán Lozano y Clara Campo, fundadores de este estudio ubicado en Barcelona. Lo confirmamos al ver sus esculturas funcionales: tienen una dimensión discursiva y conceptual propia del arte contemporáneo, la funcionalidad del diseño y un proceso de ejecución artesanal. Un planteamiento que encontramos en otros dúos del panorama del art design, como Studio Job. Parece que en esta época eal diseño se reinventa en dos polos opuestos. Por una parte, el del producto ultrafuncional. Y, por otro, el que tiene un pie en el arte y dota de emoción y significado a proyectos de serie limitada, cuya intención es quedarse en nuestras vidas.
Amarist usa su trabajo como vehículo para hablarnos de conflictos socioeconómicos, de política internacional, de crisis migratoria o del futuro de Europa y sus debates morales que son, al fin y al cabo, los nuestros.
Esto se materializa en piezas tan evocadoras e inquietantes como una bala de oro que reposa sobre un cojín de hormigón; bombas mortero de alabastro que iluminadas parecen mucho más amables y etéreas de lo que sugieren apagadas; una lámpara hecha de concertinas de latón —sobre un pie de mármol de Carrara— cuyas sombras transforman la habitación más acogedora en un paisaje de pinchos tétrico y hostil; o una hoz y un martillo de mármol —también de Carrara— y acero bañado en oro de 24 quilates que resultan ser, muy irónicamente, un portarrollos de papel higiénico y una escobilla de váter.
La clave de esta subversión se encuentra en la violencia contenida de sus obras; una agresividad latente, pero a la vez domesticada a través de los materiales nobles y la disposición de los elementos. El equipo de Arán y Clara convierte armas bélicas y símbolos de contienda en metáforas visuales cargadas de lirismo y reflexión. Una poética del desasosiego que señala con el dedo, con las formas y con los componentes qué hemos hecho de este confortable primer mundo desde el que miramos por encima del hombro las miserias del resto del planeta. O dicho en palabras de Amarist: diseño, arte, arquitectura y activismo. |