Hace 500 años, antes de que la electricidad fuese solo un sueño futuro, la tendencia para iluminar los caminos y ciudades en rincones de China y Japón era a través de farolillos de papel; no obstante, las famosas linternas chõchin siguen siendo un rasgo que identifica a estas dos culturas incluso a día de hoy. Su emblemático armazón ha servido de inspiración para reconvertir esa tradición en algo novedoso, algo que el estudio japonés Nendo ha llevado a cabo en su colección Hyouri para la exhibición virtual Vogue in Life.
Vogue in Life, una exposición 3D llena de posibilidades
En un 2020 y 2021 subyugado al miedo y a la incertidumbre, la creación no ha cesado ni un instante. Lejos están esas imágenes colmadas de personas que se deleitaban en las más importantes ferias de diseño ante nuevas propuestas innovadoras.
Reinventarse ante la covid-19 implica maestría e imaginación, pero igual que el ingenio no posee límites, tampoco los lugares donde ha de exponerse. Ya que la presencialidad supone un riesgo en estos contextos, nada mejor que apostar por las nuevas dimensiones virtuales, de ahí que Vogue Italia plantee nuevos escenarios para seguir apoyando la creatividad.
Desde 2018, Vogue in Life participa en el Salón del Mueble de Milán. La intención de este evento no es otra que la de trazar puentes entre la industria del diseño y de la moda, dos disciplinas hermanas que se relacionan desde distintos puntos. Bajo el nombre de Letters to Milan y en un contexto totalmente digital, los diseñadores de Nendo, Studiopepe, Anna Karlin, Luke Edward Hall, Vicent Darré o Marion Mailaender han podido mostrar sus trabajos, centrados principalmente en piezas de mobiliario escultural en interiorismos de diversa índole.
El nexo común de esta presentación es un mundo recogido en una réplica en 3D de la sede milanesa de Condé Nast. A través de un ascensor, el visitante puede subir y bajar de una planta a otra del edificio desde la comodidad de casa y adentrarse en cada estancia, pudiendo disfrutar de la recreación de un espacio con el sello único de cada creador.
La estancia del diseñador japonés Nendo en Vogue in Life
Por ese lado, la concepción nipona de vanguardia y tradición es una de las máximas en los planteamientos de Nendo. Liderado por Oki Sato, su visión del diseño atiende precisamente al nombre de la firma, que se traduce del japonés como arcilla; y es que no hay arbitrariedad en esta elección, sino una declaración de intenciones. Las connotaciones de libertad y flexibilidad de dicho material condicionan al equipo a la hora de trazar sus estrategias en un imaginario tan variado como su trayectoria: interiores, mobiliario, producto, instalaciones, arquitectura o iluminación. Sorpresa y enigma, pero también simplicidad y racionalismo; el diálogo entre estos vértices es el que marca la esencia de sus obras e intervenciones.
En esta nueva edición de Vogue in Life, la habitación destinada a la exposición de las piezas de Nendo se llama “Sala gráfica iluminada” y se encuentra ubicada en el 4º piso. En ella, como afirma Sato “se ha reproducido la sala física del equipo de diseño gráfico del departamento editorial de Vogue». La blancura inunda el recinto, compuesto por vigas de madera sobre las que pende la colección Hyouri. El aura ilustrada recuerda a la arquitectura tradicional japonesa de templos y santuarios; gracias a esta escenografía, es posible visualizar las lámparas con precisión y encontrar en ellas la magia reversible que las caracteriza.
Los farolillos de papel en la visión de Nendo
De esa manera, el diseñador japonés Nendo irrumpe con la reinvención de algo ya existente y con gran peso cultural. Las famosas linternas tradicionales de Kioto, esas que alumbran actualmente las entradas de los izakayas y de otros comercios, se transforman y abandonan el rojo a favor de un color más neutro y elegante. Su estructura es sencilla, compuesta por tiras de bambú unidas con papel washi y forrado todo con seda translúcida. La manufactura artesana ha sido llevada a cabo por Kojima Shouten, una compañía dedicada a la fabricación de esta clase de farolillos de papel cuya actividad no ha cesado desde la era Edo.
El simbolismo nominal de Hyouri, cuyo significado es “adentro y afuera”, implica que los diez modelos de la serie están en una eterna conversión, sometiendo sus esqueletos a constantes cambios. Los huecos holgados que se han dejado entre las uniones del bambú aportan flexibilidad al anillo central, una idea con la que se busca la expansión y contracción de las linternas. La apariencia, geométricamente libre, rompe el hieratismo de las míticas lámparas chõchin y muta constantemente en sus formas. Una reconstrucción y deconstrucción momentánea de la tradición que se traga a sí misma y se esconde en la tenue luz que emana.