El Castillo de Helfštýn –el segundo complejo fortificado más grande de la República Checa tras el de Praga– vuelve a abrir después de su cierre en 2014. La degradación de los vestigios de esta fortificación del siglo XIV, junto con el grave riesgo asociado al desprendimiento de fragmentos, requería de una intervención sobre la ruina. Una tarea abordada por el estudio checo Atelier-r.
Conservación y Restauración del Castillo de Helfštýn
Atelier-r ha dotado a esta edificación de una segunda vida resolviendo, en una sola actuación, la seguridad estructural y la creación de una cubierta y nuevos tránsitos que permiten recorrer la arquitectura en toda su extensión. Gracias a la reconstrucción virtual del enclave en un modelo 3D –basado en miles de fotografías de un dron– Atelier-r pudo mapear todas las modificaciones de revoques y mampostería. A partir de ahí, trabajaron con tres materiales básicos: hormigón pulido para los caminos en planta baja, acero corten para escaleras y pasarelas en altura y vidrio sobre vigas de acero en los techos.
Así, Atelier-r busca solucionar en clave contemporánea las adiciones propuestas y establecer una clara diferenciación entre lo viejo y lo nuevo. Estrategias, por cierto, que ya aparecían en la Carta de Atenas de 1931, considerado el primer documento internacional en cuestiones de conservación y restauración de monumentos y obras de arte. En ella se abogaba por el tratamiento distintivo de los elementos añadidos o la utilización de tecnologías y materiales modernos.
Esta condición mediadora con el patrimonio –que va más allá de la mera conservación y restauración– parece mirar de cerca el trabajo de Paulo Mendes da Rocha en la Pinacoteca do Estado, en la ciudad brasileña de São Paulo.
Entre ambos proyectos se muestran puntos en común, tanto en las estrategias–generación de nuevos trayectos, cubrición de espacios exteriores– como en su materialización –la pasarela de acero, la cubierta de vidrio–. Sin embargo, aun actuando ambos sobre restos patrimoniales, el camino es en cierto modo inverso. Mientras que en el caso de la construcción brasileña destacaban su emplazamiento en la ciudad y su potencial capacidad de adaptación para albergar su reciente uso como galería de arte, en el Castillo de Helfštýn su principal valor es matérico y tipológico.
De esta manera, las nuevas conexiones establecidas en la pinacoteca por el equipo de Mendes da Rocha tienen un carácter funcional, buscando romper con un sistema de circulaciones ineficaz. Por su parte, las piezas insertadas por Atelier-r en Helfštýn tantean la recuperación de los recorridos que una vez existieron. Pero también añaden otras perspectivas desde las que escudriñar de cerca la ruina o mirar a lo lejos el paisaje en el que se integra.
Esta visión del entorno desde lo alto de la fortaleza –en su día reservada a aquellos encargados de la vigilancia con fines defensivos– permite hoy al visitante no solo admirar las vistas desde el Castillo de Helfštýn, sino entender el porqué de su emplazamiento, recuperando así otra capa más de su memoria.