Como la versión más increíblemente moderna de una de aquellas casas tan hogareñas que habitaban los hobbits en La Comarca dentro de la fantasía de El señor de los anillos. En ocasiones, con algo imprescindible de imaginación, la distinguida silueta curvada de una duna de arena marina puede transformarse en un paraje habitable. De ahí el nombre de Dune House: un proyecto residencial que el estudio Mobius Architekci ha levantado en mitad de bosques y verdes prados muy cerca de Varsovia.
La casa curva de Mobius Architekci
Dune House, con más de 1500 m2, pretende condensar la idea de modernismo y espaciosidad como tantas otras obras. Su característica ampliamente visible es la curva que el arquitecto principal, Przemek Olczyk, y su equipo solían identificar con un arpa. Una curva que no aparece por casualidad ya que, al estar la edificación erigida en la propia ladera de la colina, ha de seguir las vías impuestas por la naturaleza. Es así como la estructura se ha ido elevando con la pendiente, mientras que se acopla a la ribera sinuosa del río Narew.
Ello no ha prohibido a Mobius Architekci poder experimentar con formas cubistas y aristas evidentes que afilan los contornos, fragmentando la vegetación y permitiendo una mayor cantidad de luz en el interior gracias al atrio semiabierto. Este hecho otorga a la residencia un doble juego entre el minimalismo futurista de su aspecto y un equilibrio sustentado en la perspectiva: desde el techo parece que no exista la casa y, desde el río, asemeja una composición monolítica.
Minerales y tecnología en Dune House
Desde la propia planificación de Dune House, el estudio polaco ha puesto en práctica la fusión de minerales y tecnología. Así se explica el uso de yesos blancos y piedra de cuarzo sinterizada, ya que son materiales que brindan protección contra el sol a la vez que son sostenibles, muy higiénicos —no tener porosidad cerca de un río es una estrategia obvia— y resistentes. Amén, por supuesto, de constituir unos componentes adecuados para una imagen moderna, innovadora y novísima a la propuesta, algo que aumenta el matiz funcional y libre que suelen deparar los proyectos de Olczyk.
El arquitecto ha distribuido los dormitorios en la zona derecha de la vivienda y ha dejado el salón con cocina en el centro, así como una sala de ocio en la izquierda. Además, ha concebido una segunda planta falsa compuesta únicamente por una caja rectangular acristalada con la misma utilidad que el carajo de un barco. Este espacio alberga también un mirador 360º en la parte más alta de la casa que cuenta con, entre otras cosas, dos piscinas —una al exterior y otra interior—, dos helipuertos y una pista de atletismo de 300 metros.
En este enlace puedes leer un artículo sobre casas adaptadas al entorno natural en el que se insertan.
Cerca de Varsovia, Polonia.
Yesos blancos y piedra de cuarzo sinterizada.