¿Podemos basar el planteamiento de nuestros edificios en modelos termodinámicos? ¿Y diseñar escuelas, oficinas, parques, pabellones, hospitales y viviendas conforme a los distintos grados de incidencia solar? ¿Se puede pensar la arquitectura en relación a valores de efusividad y emisividad térmica de los elementos que la componen? ¿En qué consiste una construcción centrada en criterios termoambientales, meteorológicos y climáticos? ¿Sería posible dejar atrás asunciones que, durante ya demasiado tiempo, han condenado a la arquitectura a no ser más que una forma simbólica, un constructo social y estético sin responsabilidad ecológica material? Sean bienvenidos al universo de DOSU Studio Architecture.
La habitabilidad de la arquitectura bioclimática
La arquitectura es el arte de construir climas. Su acción se ubica en el espacio, el que sustrae del límite terrestre y que se encierra entre unos cuantos muros y un techo; solamente así es viable modificar las características de nuestro medio físico —temperatura, humedad, aire y luz—. Fundamentalmente, la razón de ser de esta disciplina se centra en hacer artificialmente habitable un clima cuando, en su estado natural, resulta imposible para el ser humano. Partiendo de esa premisa, parece interesante detenerse a observar las prácticas arquitectónicas que llevan los activos del diseño sostenible mucho más allá de las técnicas domóticas o el absurdo greenwashing.
Doris Kim Sung es una arquitecta —por la Universidad de Princeton y la Columbia GSAPP— que fundó DOSU Studio Architecture en 1997. Este ejercicio iniciático se cimentó como un laboratorio que focalizaba sus esfuerzos en los avances de la industria biotecnológica. No sería hasta el 2006 cuando Sung y su estudio se trasladarían a Los Ángeles, donde recibió numerosos premios por sus incipientes trabajos y labores como investigadora. Entre ellos, cabe destacar el del Instituto Americano de Arquitectos (AIA) que le valió el título de catedrática que ostenta en la Universidad de South California, USC.
Doris Sung: menos geometría y más meteorología
Con la creencia de que las edificaciones pueden ser más sensibles a nuevos modos de composición del entorno habitable, DOSU Studio Architecture no recurre a la geometría, sino que maneja otras formas basadas en la convección y la conducción térmica, la evaporación y la presión ambiental o la irradiación y la radiación electromagnética. Sus edificios se pueden categorizar como organismos vivos de pieles mutables, dinámicas, receptivas y partícipes de las condiciones climáticas de alrededor.
A través de algunos de sus proyectos y procesos de investigación como Oculus, Bloom, Fuller, Torus o un pequeño skyscraper entendemos que sus creaciones hablan del cambio de paradigma que —tanto a escala urbana como doméstica— atraviesa la arquitectura. DOSU pretende posicionar esta materia en las agendas del diseño y en las mesas de debate para reorientar sus polos y responder a la gravedad de la crisis climática.
Esto se ve reflejado en el desarrollo de materiales inteligentes, membranas orgánicas o micelio, presente en las obras Hex o Exo. Todas terminan siendo termobimetales: se autoventilan, se autoprotegen del sol, se recomponen y se reestructuran y son maleables y sensibles a cualquier cambio ecosistémico. Pero, por supuesto, todas parten de un principio entre lo artificial y lo tecnológico, entre lo natural y lo cultivado.
Con DOSU y su búsqueda impulsada por la experiencia biológica, vemos unos espacios que han dejado de ser neutros para estar críticamente polarizados e intensificados, como sucede en su sistema de protección solar sin energía —exhibido en el Museo Contemporáneo Carolyn Campagna Kleefeld— o en su escultura agonista en el Jardín Botánico de Los Ángeles.
Son dinámicos, pesados, ligeros, calientes, fríos, secos, húmedos, compuestos de ondas, de partículas o con una presión, pero, sobre todo, han superado la bidimensionalidad o la tridimensionalidad para fijarse en lo atmosférico. Son lugares llenos de propiedades físicas, electromagnéticas, químicas, biológicas o termodinámicas: una epidermis que florece poco a poco llamada arquitectura.
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Doris Sung es una arquitecta y educadora estadounidense de origen coreano. Sung se desempeña como directora de los programas de pregrado en la Escuela de Arquitectura de la USC a partir de 2020 y explora aplicaciones arquitectónicas no convencionales impulsadas por la geometría y su experiencia en biología.
La arquitectura bioclimática consiste en el diseño de edificios teniendo en cuenta las condiciones climáticas, aprovechando los recursos disponibles para disminuir los impactos ambientales, intentando reducir los consumos de energía
Se trata de una arquitectura consciente acerca de la relación que tendrá con sus condiciones ambientales y de su interacción, buscando la reconciliación entre técnica y naturaleza.