Es evidente que la arquitectura escolar ha dado un giro radical en los últimos tiempos, principalmente por su búsqueda de geometrías complejas. Así se ha reflejado en la ampliación del preescolar Cocoon, en la Escuela Internacional Bloomingdale. Una obra de andblack design studio que parte de los experimentos del constructivismo y del diseño paramétrico.
Una cubierta lúdica para una arquitectura escolar
Emplazada en Vijayawada —región de Andhra Pradesh, en pleno corazón de la India—, la ampliación del preescolar Cocoon se levanta al abrigo de una cubierta de curvas fluidas y dinámicas en voladizo; un armazón que guarda una sucesión de aleros escalonados como mallas espaciales. El proyecto de andblack design studio se ha concentrado en una exuberancia de lenguajes formales que, con un organicismo más que singular, dibujan diferentes pendientes a través de catenarias.
El resultado muestra el aulario como un entorno fluido e interconectado, que fomenta el libre albedrío y las interacciones sociales a edades tempranas. Erigido con planos plegados y zigzagueantes, el planteamiento resuelve con eficacia todos los retos que presenta una arquitectura escolar orientada a los más pequeños.
La nueva topografía de andblack design studio
Esto lo vemos en la techumbre paramétrica y autoportante, que se encuentra colmatada por un manto verde, camuflada como parte del paisaje. Sin soportes intermedios o particiones, esta logra sostenerse gracias al cálculo estructural realizado con las herramientas de diseño computacional. De esa manera, andblack design studio ha conseguido cimentarla por medio de elementos prefabricados y técnicas constructivas con placas de unión, que se doblan —por los ejes X e Y— en las secciones huecas.
Asimismo, para el efecto sinuoso, el estudio indio ha ensamblado con precisión las distintas alturas usando una piel externa de ferrocemento, que se acopla al volumen metálico principal. Es entonces cuando, bajo las colinas onduladas de la cubierta, se configura una escenografía interior llena de ambientes con grandes vidrieras y salas acristaladas. La magia da comienzo al maridar, con éxito y dinamismo, lugares destinados al juego y al aprendizaje, recogidos en una topografía perforada por lucernarios cilíndricos: un patrón repetido por el que pasa toda la luz.
La escuela que borra los límites entre arquitectura y paisaje
Los patios de recreo relegan su posición al hueco limítrofe entre las aulas. Desde ellos se vislumbra la intención de los arquitectos de difuminar los límites entre lo que se considera un exterior y lo que pertenece al interior. Un objetivo que busca que el edificio borre todo límite absurdo para hacerse uno con todo el paisaje.
Solo al borrar las líneas entre los recursos estructurales se alcanza la sinceridad constructiva. Con esa visión se deja todo el cerchado al aire y que contrasta con el verdor y el movimiento serpenteante de la luz. Un pequeño cerro que, en definitiva, es en realidad una escuela. Eso sí que es agregar elementos lúdicos al diseño.
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