Las primeras semanas de noviembre traen el festival de arte digital B1N0M10: una exposición acontecida en la web que reúne a seis creadores españoles para abordar nuevas estrategias y políticas con las que enfrentar la convivencia con los mundos digitales y la realidad virtual. Un encuentro con distintas propuestas que abarcan desde la performance hasta la videocreación 3D y la producción, mano a mano, del artista con la inteligencia artificial.
Nuevos retos para el arte digital: metaversos
Que la aparición, hace ya décadas, de la tecnología ha llevado a la sociedad a convivir con entornos sobreestimulados es algo que ya hemos superado, asimilado cuanto menos. Una vez dentro del barro de la inmediatez y el déficit de atención, quizá los nuevos debates deban abordar cómo vamos a desenvolvernos en estos lugares, cuál será nuestro sitio y, sobre todo, nuestra postura ante un sistema que empezamos a reconocer muy bien y ante todas las experiencias que están por llegar.
Suena a que, relativamente pronto, nos iremos familiarizando con el metaverso: un enclave digital para estar. Buena parte de las relaciones sociales, comerciales y culturales se dan cita en la realidad virtual, en la realidad aumentada o, en la tan nombrada, realidad mixta. Muchas cosas pasarían en el metaverso: podríamos acudir en “persona” a la exhibición de B1N0M10, verla y mercadear con arte. Allí, en contextos de intercambio monetario plenamente digitalizados, los NFTs tendrían pleno sentido, e incluso el teletransporte estaría al alcance de nuestros avatares. Ojo, porque Zuckerberg ya está en ello.
Las obras que participan en este programa operan sobre un eje principal que nos retrata como consumidores y también como productores —cada vez más profesionalizados— de los ambientes virtuales y sus ideas. Tras ello se ubica un subtema, el de los cuerpos y los distintos modos de penetrar o actuar en estos escenarios.
Cuerpo y realidad virtual
Las actitudes con las que nos enfrentamos al aluvión de contenidos son dispares y contradictorias. Igual nos sumamos a los bailes tiktokeros, que atentamos contra las tendencias a través de creaciones tan haters como naifs. Los artistas de B1N0M10 lo han hecho cada cual a su manera. Alberto Villagrasa ha elaborado en Morph_1 una videocreación que recoge un espacio 3D renderizado en el que aloja a su alter ego, Chex Nova, y simula una vivencia propia e incorpórea que bebe de la estética del videojuego. Manuela Gutierrez ha desarrollado Sobre el mirar, donde especula sobre esa línea difusa entre ser consumidor o productor de imágenes desde la visión del cine y también del videojuego.
Alicia Arévalo trabaja en torno al género y la tecnología. Su propuesta audiovisual lleva por título Xenoredes Miceliales y habla de un futuro utópico de comunión y hermanamiento interespecie. Roberto Abad, con Caduceo, utiliza la documentación y el archivo de la mutación de la materia como un ejercicio físico, repetitivo y que, en esta ocasión, dialoga con la figuración digital. Al Spa, de Irene Molina, trata la relación del cuerpo con el universo 3D en un recorrido virtual 360º, articulado conceptualmente con ayuda de inteligencia artificial.
Una iniciativa para presenciar en tiempo real es Camino de perfección, de Ernesto Artillo. Una performance retransmitida mediante la aplicación Zoom, coincidiendo con la apertura del festival, en la que el artista ejecutará un “acto de penitencia contemporáneo”. Todas las piezas están pensadas para esta experiencia de arte web —comisariada por Lorenzo Galgo y producida por Paloma Rubik— que viene también acompañada de actividades paralelas, entrevistas y coloquios. La plataforma servirá durante unos días de galería colectiva de encuentro y debate sobre la cultura digital, y todos podremos seguirlo a través de las redes sociales y la web de B1N0M10.
Encuentra más arte digital en este reportaje sobre la Colección Solo.
Un entorno virtual pensado para que los futuros usuarios de Facebook desarrollen en él todo tipo de actividades cotidianas, lúdicas o comerciales, y donde interactúen personas que no se encuentran en el mismo espacio físico.
En los entornos de realidad mixta interactúan los mecanismos de la realidad virtual con la experiencia visual que ofrece la realidad aumentada, para crear nuevos espacios en los que convive la experiencia física con la virtual.