Ante el deseo de ser diferente a lo que se espera, lo más idóneo es ser capaz de serlo todo al mismo tiempo. Algo así es lo que ocurre en Club Barcelona, la primera sede de la firma automovilística Lynk & Co en la ciudad condal. Proyectado por Masquespacio, este espacio de usos múltiples lleno de utopías coloristas nos vaticina la filosofía corporativa del futuro: huir a toda costa de ser convencional.
Lynk & Co en Paseo de Gracia
Si la vida online resulta tan sorprendente que ha atrapado a millenials y centenials entre sus escenarios codificados, la offline debe, como mínimo, igualar sus prestaciones Esta circunstancia está empujando el rebranding de muchas empresas que dirigen su atención a un público exigente y digitalizado. La fijación por este target cada vez más joven —concienciado con temas como la sostenibilidad o la crisis climática— se traduce en negocios que priorizan la experiencia de usuario frente al mero servicio de venta, y todo como una estrategia de marketing que busca transformar la realidad física para virtualizarla funcional y estéticamente.
Es justo esta dirección la que pone en marcha la compañía automovilística Lynk & Co, que desde su manifiesto ya declara cómo sus productos están dirigidos a generaciones actuales por su vinculación con internet y su responsabilidad ambiental. Esta intencionalidad lleva a la firma chinosueca a abandonar el concepto de concesionario costumbrista y a ofrecer, a sus potenciales clientes, lugares que puedan ser vividos como una realización tangible del metaverso —ese entorno en boca de muchos, aunque por el momento en manos de pocos—. De esa manera se ha resuelto en el Club Barcelona: la nueva sede ubicada en Paseo de Gracia 44, que opera como un proyecto comercial y de reunión, exótico y surrealista, bajo el tinte ingenioso del equipo de Masquespacio. Sin duda, movilidad que parece de todo menos movilidad.
Masquespacio reproduce un mundo de utopías
En los 400 m2 que ocupa se despliega un mundo caracterizado por la zonificación abierta. Como un bosque desde el que brotan orgánicamente distintas especies vegetales, en este antiguo local de matices brutalistas las áreas emanan sin una concordancia, sino por pura casuística onírica. Los colores estridentes ponen la nota de contraste con respecto a la materialidad irregular del ladrillo visto, que envuelve a los pequeños islotes estanciales como telón de fondo. Bien es sabido que Barcelona es uno de los ejes creativos más importantes, por eso Ana Milena Hernández y Christophe Penasse lo han tenido en cuenta a la hora de volcar todo el imaginario inspiracional.
Dividido en dos plantas, el piso inferior está coronado por una mole verdosa que parece emular la Ciudad Esmeralda de El mago de Oz, aunque en realidad sirve de probador. En el lateral, el modelo Lynk & Co 01 de la compañía se presenta bajo una bóveda en 3D con forma de ballena azul. Y tras una de las puertas, un baño cubierto con cerámica brillante se nos muestra como un mise in abyme, generando juegos de reflejos y luces en una apuesta por la psicodelia controlada.
Entre los microespacios se configuran áreas sociales y de descanso, que se completan con mobiliario simbólico: la Fat Chair de Tom Dixon, el sofá Jungla de Sancal y piezas exclusivas de la productora de Masquespacio, Mas Creations; en particular, la silla Trencadis y un sofá amarillo que destacan como “un icono de Lynk & Co que cada diseñador del espacio customiza según la interpretación en el interior”. Por su parte, en el nivel superior continúan las sorpresas con zonas de exposición, de retail, de proyección y otras destinadas al coworking. Mención especial para la piscina-oficina escondida tras la antigua caja fuerte del edificio, donde el azulejo de gresite y los muebles rojos de Diabla —la mesa Mona y los taburetes Donuts— confeccionan una escenografía tan veraniega como acuática.
Encuentros, eventos, compras, trabajo o tomarse un refrigerio. Y todo en un mismo sitio. Digan adiós al interiorismo destinado a una sola cosa, la propuesta de Lynk & Co en Barcelona ha dejado claro que el porvenir analógico será múltiple, ¿de qué otra manera se podría competir con un metaverso donde todo es posible?
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En el Paseo de Gracia, nº44, Barcelona.
Masquespacio es un estudio de diseño de interiores español que debido a su propuesta cromática y visual atrae marcas, proyectos y festivales internacionales. Sus fundadores son Ana Milena y Christophe Penasse.