Apostar por la simplicidad para trazar las líneas de un proyecto, matizar con elegancia cada una de sus facetas e inundar de un carácter inquieto todos los resultados. Estas son las tres palabras y las tres bases sobre las que se alzan los trabajos de Clap Studio, el tándem valenciano constituido por Jordi Iranzo y Àngela Montagud.
Otra muestra de diseño valenciano
Desde Valencia, Clap Studio se expande hacia el mundo. Existe en sus planteamientos una estética depurada y monocroma que transporta a otros continentes y a otros modelos, nada marcados por la esencia mediterránea. La unión de Jordi Iranzo y Àngela Montagud abarca una mirada más centrada en la belleza de lo sencillo y de la calma. Es la fusión de sus conocimientos, como diseñador de producto y arquitecta técnica, la que da lugar a una perspectiva que les permite afrontar cualquier tipo de reto.
Su pasión por la gastronomía—un terreno lejano a su disciplina, aunque no tanto si lo pensamos en el food design—determina su modus operandi. Un método basado en la eficiencia, en la investigación y en un renacer constante. Visto así, resulta original sucumbir a la inspiración del funcionamiento de las grandes cocinas creativas como modo de definir su proceso de trabajo. Y mucho más el hecho de seguirlo a rajatabla y convertirlo en una especie de mantra. Si a través de los hornos nace un nuevo plato que llevarse a la boca, a través de Clap Studio nacen interiorismos, instalaciones y objetos clave.
Clap Studio: un porfolio multidisciplinar
En el diseño valenciano se ha dejado claro que a veces no basta con asimilar nuevos horizontes, sino que se necesita traspasarlos. Al igual que Clap Studio, las nuevas generaciones apuestan por la multidisciplinariedad a la hora de dirigir su don creativo. Sin embargo, ante la avalancha de posibilidades surge una pregunta: ¿se pueden vislumbrar escenarios en los que la funcionalidad, el confort y la libertad de actuación estén a la misma altura? Al observar el porfolio de Clap Studio la respuesta se presenta clara. Son las propuestas las que determinan los límites, pero parece que este dúo siempre encuentra un balance entre los tres conceptos.
Mobiliario funcional
Como una obligación, parece que todo diseñador intenta concebir una silla en algún punto de su carrera. Clap Studio también indaga en este sector con Balloon, una serie de butacas para la firma Annud en las que las texturas mullidas y el aspecto orgánico transmiten la comodidad suficiente para no querer levantarse de ellas. No obstante, lejos del previsible esbozo de un nuevo asiento, si queremos hablar de innovación y funcionalidad, su producto estrella es FAN: una estructura blanca con forma de abanico que sirve como un biombo para dar privacidad en entornos públicos.
Instalaciones para el confort
Pensar en los otros es un acto altruista, un rasgo común en sociedades donde se da una gran importancia a las áreas para la comunidad. Clap Studio comparte este carácter y proyecta instalaciones que regalan momentos de disfrute y relax. Entre estas destaca Cumulus, una nube anclada al suelo que ayuda a aislarse dentro de su cuerpo de red. Aunque con Mist, el impacto visual es más sorprendente. Al observarla, viene a la memoria el recuerdo de la intervención de Sou Fujimoto para la Serpentine Gallery en 2013 o su onírica parada de autobús en un pueblo recóndito de Austria. Su armazón—un laberinto de tubos de metal— se imbrica originando una cuadricula desde la que observar la naturaleza de Minks.
Interiorismos llenos de libertad
Para los interiores, Clap Studio deja fluir toda su imaginación; no mediante una fantasía descontrolada, sino a partir de la pureza y el equilibrio dentro del espacio. En La Fábrica de Ideas, los ambientes se tornan amplios y la gama amable de la madera dialoga con variedades cromáticas tenues, propiciando estancias para la reflexión y la creatividad. Contrario a ese cometido, su hazaña para Little Stories— una zapatería infantil— asume la chispa del color para salpicar cada rincón blanco. Con las siluetas cilíndricas que emergen desde todos los ángulos y las señalizaciones del suelo en vívidos tonos, se origina un auténtico escenario de juego para los más pequeños: los protagonistas absolutos de la tienda
Hay una influencia japonesa en los resultados, una influencia que aleja al equipo valenciano del concepto mediterráneo y los lleva hacia otras partes del mundo. En esta maniobra distinta a la hora de afrontar el diseño se palpan las referencias, se escuchan los tenues ecos de otras voces. Pero su grito minimalista se alza por encima de todos y se rompe en tres palabras, tres bases, tres maneras de sentir. Simplicidad, elegancia e inquietud: una combinación que solo Clap Studio tiene.
