Vivir en un edificio con un pasado no residencial se ha convertido en el deseo de muchos. Disponer de un espacio que goce de personalidad propia resulta tentador por ser en sí mismo un elemento diferenciador. Sin embargo, supone un reto arquitectónico saber dar a estos lugares una escala humana y una dimensión funcional.
La funcionalidad es, de hecho, uno de los pilares sobre los que se apoya el ideario de los neerlandeses Zecc; sin olvidar la sostenibilidad y la defensa de construcciones sensitivas que apelen a los cinco sentidos. Pero este estudio no reivindica una arquitectura hedonista, sino una disciplina comprometida con el concepto de grounded architecture. Y es ahí donde entra la reutilización de iglesias o torres de agua, como la transformación de este templo católico de Utrecht en vivienda unifamiliar.
La remodelación de la capilla habría podido eliminar el pasado litúrgico del edificio, sin embargo el estudio consiguió invertir la carga histórica y crear un espacio residencial moderno. Primero, no prescindiendo de los elementos originales tan marcadamente eclesiásticos: los vitrales, el órgano, los bancos de oración reconvertidos en asientos para la mesa del comedor, hecha a su vez con otros cinco bancos… Y segundo, reinventanwdo la estructura neogótica de la capilla con nuevas aperturas de luz en los techos pintados de blanco, lo que hace del interior un lugar casi abstracto.
No hay, pues, espíritu conservador. Muy al contrario, se han realizado cambios radicales privilegiando, por ejemplo, el pequeño balcón para el órgano y ampliándolo hasta dividir el volumen de la zona pública en un estudio arriba, con la cocina y el salón abajo. Incluso algunos elementos originales resultan graciosos por la manera en que han sido reubicados. Es el caso del candelabro de los años cincuenta que iluminaba la nave central y que ahora se encuentra situado en el dormitorio-cuarto de baño otorgando un carácter vintage a una estancia pintada en tonos oscuros.
Viendo la propuesta, queda claro que los arquitectos de Zecc Architects han sabido dar formar a una vivienda que rebosa sensibilidad y que valora las alusiones espirituales, eso sí, desemantizadas de connotaciones religiosas y llevadas a territorios más paganos del interiorismo.