En el corazón del distrito zaragozano de Miralbueno se alza Gardea Residencial; una obra de los arquitectos Castillo Balduz y el estudio Tash & Partners, que se presenta a sí misma por su envolvente exterior: la innovadora fachada revestida en gres extrusionado de Faveker.
38 viviendas envueltas en el material de Faveker
Si hablamos de sus cerramientos, Gardea Residencial se erige como un ejemplo modesto de sostenibilidad arquitectónica gracias a la envoltura gres de Faveker. Una piel material que, además de estética, también aporta resistencia y respeto por el entorno colindante. El conjunto constructivo donde se enmarca está compuesto por dos bloques lineales que orbitan alrededor de un generoso patio ajardinado. Estos volúmenes se proyectan y distribuyen desde la planta baja hasta dos y tres alturas respectivamente, dedicadas exclusivamente a albergar 38 apartamentos de dos a cuatro habitaciones.
Más allá de la arquitectura levantada, lo reseñable de esta propuesta se concentra en la solución que ha aportado Faveker para colmatar la cubierta de todo el complejo. Y es que, desde su fundación en 1943, la compañía aragonesa viene apostado por la investigación y el desarrollo constante de nuevos productos, pero también de tecnologías para fabricar componentes con altos estándares de sostenibilidad, confort higrotérmico y funcionalidad. Algo que vemos en la calidad de sus fachadas ventiladas como la de este proyecto.
La piel cerámica de Gardea Residencial en Zaragoza
Para revestir el exterior de Gardea Residencial se ha optado por el modelo GA 16: un sistema de fijación mecánica FTS 502B con perfil horizontal continuo sobre montantes verticales. En él, las piezas se solapan mediante juntas horizontales, garantizando la eficiencia y el rendimiento térmico óptimo para el clima de Zaragoza: mediterráneo, pero con una marcada influencia continental. El efecto de este innovador planteamiento proporciona protección ante los frentes húmedos, aligera el peso de todos los elementos y configura un abrigo para que los inquilinos queden arropados tras una cámara de convección situada entre la piel y las viviendas. De esa manera, se plasma un interior flexible lleno de ligereza y versatilidad.
Teniendo en cuenta las desafiantes condiciones meteorológicas que convergen en nuestras geografías, Faveker ha resuelto una carcasa de cerámica porcelánica extrusionada; una especie de muro cortina que ejerce de barrera para resguardar como si se tratase de un gran chubasquero. Su método de ensamblaje estanco impermeabiliza los alzados, quedando bloqueado el paso de agua en la cámara de convección, defendiendo la integridad del inmueble y prolongando su espectro de durabilidad frente al desgaste.
Más que ser simplemente un mero recurso constructivo —de entre todos los que colaboran para que esta edificación funcione—, esta envolvente encarna un compromiso profundo con la eficiencia energética y la sostenibilidad. Aunque será el tiempo quien lo dictaminará, por el momento los resultados parecen incuestionables: su diseño permite reducir hasta un 40% la demanda energética. Y es que, con esta apuesta por Faveker, Miralbueno confirma su transformación como enclave residencial de vanguardia en los aledaños de la ciudad de Zaragoza.
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Es una empresa fabricante de sistemas de fachadas ventiladas cerámicas por extrusión, con aplicación tanto en rehabilitación, obra nueva y proyectos singulares.