Creado en el siglo XIX en el norte de los Países Bajos, el Groninger Museum es un centro de arte pequeño, moderno y de colección ecléctica pero de gran proyección internacional, que ha ido ampliándose y modificándose a lo largo de los años. Entre los arquitectos que lo fueron conformando se encuentra Alessandro Mendini, cuyo sillón Proust se exhibe también entre otras piezas de la colección permanente. En los dos últimos años, el Groninger Museum ha dado un nuevo lustre a algunos de sus interiores gracias al trabajo de tres nombres relevantes del diseño actual: Studio Job, Maarten Baas y Jaime Hayón. Los primeros se han encargado de la entrada. El hall se ha convertido en un salón de club decimonónico con sus vidrieras en las ventanas y sillones de cuero y de madera oscura. El segundo lugar remozado ha sido la cafetería a cargo de Maarten Baas, que ha poblado el lugar con lámparas y sillas de la serie Clay, todas con las formas irregulares e inciertas del modelaje de la arcilla de donde saca su nombre en inglés. Por último, destaca el centro de datos a cargo de Jaime Hayón.
El corazón tecnológico del museo es en realidad su área más cálida y acogedora, según el propio Hayón. Una paradoja cuando estas salas suelen ser frías y convencionales. Aquí, la última tecnología se oculta en unos nichos blancos que salen de la mesa central del mismo color. De este modo, el contenido de la pantalla solo es visible para el usuario que se adentra en su pequeña concha para consultar datos. Arriba, el techo se cubre de un espejo en su parte central para reflejar tanto la actividad de las mesas como las tulipas de las lámparas Copacabana que Jaime Hayón ideó para Metalarte. Contra las paredes, se encuentran otros muebles de este creador madrileño. Así, la serie Showtime para BD se muestra con dos de sus elementos: las butacas moradas amplias y cómodas, y las sillas adosadas a la mesa central. Todo tiene un toque artesanal y a la vez sofisticada que dota al centro de datos de un carácter especial: ese preciosismo de guante blanco con el que Hayón da al concepto del lujo una pátina craft siempre elegante. Y el resultado es un espacio que se encuentra más cerca de un refinado salón de té que de un cíber al uso.
Enlaces: Hayón Studio – Groninger Museum