Fotos: Santi Garces
Anatxu Zabalbeascoa apuntaba en su blog Del tirador a la ciudad, la opción que tomaban algunos proyectos recientes al organizar una residencia a partir del tejado. Entre las propuestas comentadas, estaba la vivienda Guinovart Florensa: una “borda” o cabaña del Pirineo catalán totalmente renovada por el estudio hispano-mexicano Cadaval & Solà-Morales.
La decisión de empezar esta casa por el tejado ha permitido reconfigurar el espacio interior dentro de su armazón original de piedra seca. La ingeniosa solución consistió en elevar la cubierta a dos aguas, de manera que se creara una llaga longitudinal para proporcionar unas vistas espectaculares sobre el valle que se extiende más abajo. La apertura, además, genera un suplemento de luz natural de la que carecía el edificio original, pues las bordas se concebían tanto para recoger al ganado como para guardar paja: dos usos que no requerían la entrada de sol. La transformación, por tanto, ha replanteado el domicilio y lo ha transformado desde dentro.
Para ello se diseñaron unos forjados interiores que sirvieran de estructura y a la vez de división de los espacios, generando una continuidad en sus tres plantas; una continuidad que puede interrumpirse para crear dos hogares independientes, uno de los requisitos de los clientes. Por otra parte, se han respetado casi todas las paredes de piedra infundiendo un acervo tectónico a un proyecto contemporáneo, salvo en la primera planta donde se proyectó un gran ventanal que favorece por su luz a la cocina, a la sala de estar y al comedor.
La nueva construcción cuenta con una superficie de 350 m2, que se reparten en tres niveles. En la planta baja, hay un dormitorio con baño y una pequeña zona de estar, mientras que en la primera nos encontramos un salón, un comedor, una cocina, y de nuevo un baño y un dormitorio. La planta superior tiene una distribución similar pudiendo hacerse independiente del resto con su propia entrada por el tejado.
El trabajo de Cadaval & Solà-Morales resulta innovador y resolutivo en su afán por unir una edificación tradicional con las necesidades de una residencia actual. Los dos arquitectos lo consiguen dando un carácter primordial a un elemento, la cubierta, que a veces parece tener un papel secundario en la planificación de una vivienda. El refrán ya no podrá acallar las ventajas de empezar la casa por el tejado.