El paisaje se ha entendido siempre a partir del suelo. Desde la vertiente más pictórica a la más analítica, desde los cuadros holandeses a la cartografía digital, el punto de referencia ha permanecido inmóvil. De Gregorio and Partners trabajan sobre el mirador en el bosque de Limburgo, y nos ofrecen una visión a diez metros de altura y a la velocidad que las piernas nos permitan encima de una bicicleta.
Un carril bici elevado para pedalear entre las copas de los árboles
Fietsen door de bomen ─Pedaleando entre los árboles─ se encaja dentro de la reserva natural de Pijnven. El encargo de este carril bici se basa en el atractivo turístico para concienciar y acercar a los ciudadanos un patrimonio que les pertenece: los parques naturales. Quizá el mayor acierto sea utilizar el deporte como catalizador. La actividad puede generar un hito, pero no siempre el hito genera actividad.
El planteamiento provoca que el entorno se transforma automáticamente en el protagonista. La única diferencia de este tramo de carril bici y el resto de kilómetros del parque es la vista que se consigue desde la parte más elevada. Subir y mirar se convierte en el carrusel de la feria, la prioridad absoluta.
El trazado de este carril bici se resuelve en espiral. Un recorrido panorámico de 360º sobre los árboles. La respuesta geométrica juega en favor del proyecto: la simetría determina los cruces de trayectos en el espacio y la curvatura constante hacia el mismo sentido posibilita oservar todo fácilmente sin temor a perder el control de la bicicleta.
La solución de De Gregorio and Partners
La dificultad técnica de este carril bici elevado reside en elaborar una imagen nueva para un elemento que normalmente no lo requiere. El desafío consiste en idear un método que sustente la pasarela y que disminuya su impacto a la mínima expresión. El estudio belga encuentra la solución en el propio lenguaje del bosque.
El lugar se reforesta con troncos de acero a cada lado del camino. El ritmo de los soportes, los colores, la forma y la altura se ajustan para que la estructura desaparezca entre la maleza. El apoyo reducido y el sistema de cimentación hacen que el agravio sea leve y que la vegetación crezca alrededor.
Replicar un armazón natural facilita que el ecosistema siga funcionando a pesar de esta nueva traba. La espiral delimita una porción del ambiente silvestre que parece aislarse de lo demás solo porque los árboles no pueden traspasarla. Sin embargo, debemos comprender que la red biológica es más compleja y se extiende más allá. Un lazo tan permeable no impide el viaje de otro tipo de flujos ecológicos igualmente necesarios: hojas, insectos, viento, humedad. Interactuar con el paisaje es conocer las normas del juego. Responder al bosque con más bosque.