En una zona rural de Cuenca se encuentra una pequeña capilla moderna. Diseñada por el estudio de arquitectura madrileño Sancho Madridejos, destaca por su virtuosismo en el uso del hormigón como elemento estructural y matérico.
La arquitectura de Sancho Madridejos
Existen edificios con características formales especiales que transgreden los límites de infraestructuras funcionales. Estos consisten en volúmenes erigidos con una potente visión plástica, que hacen virtud del vacío con la plenitud de sus espacios. Realmente, el término más adecuado para esta clase de proyectos sería el de pieza escultórica, ya que juegan con la escala, la luz y los materiales a la hora de configurar la obra final.
Un buen ejemplo de esta tipología arquitectónica es el que lleva a cabo la pareja formada por Juan Carlos Sancho y Sol Madridejos. Desde que fundaron su estudio en 1982, este dúo ha intentado moldear —con la pericia de dos escultores— el hormigón. Bodegas, bibliotecas, viviendas, capillas, centros comerciales o escuelas; todo su porfolio abarca distintas dimensiones y categorías, pero posee un matiz en común: la capacidad de envolvernos con sus pliegues.
En las entrevistas más recientes, el tándem suele hacer alusión a la dificultad que reside en el empleo del hormigón, sobre todo años atrás. Conseguir la plegadura de los componentes presentes en sus propuestas era una tarea artesanal en la que trabajaban con maquetas, planos y detalles constructivos pensados al milímetro. Hoy en día, las herramientas informáticas actuales les han permitido evolucionar en la complejidad técnica utilizada.
Una capilla moderna capaz de hacer levitar al hormigón
De hecho, una de sus últimas obras es una buena prueba de este avance tecnológico en el control arquitectónico y formal. Se trata de una capilla situada en lo alto de una colina en Sierra la Villa, un área rural de la provincia manchega de Cuenca. Este pequeño oratorio se desarrolla a través de un pliegue curvo unitario de hormigón armado que actúa estructuralmente. El planteamiento queda cohesionado, pues la silueta se relaciona con el armazón del objeto escultórico que genera.
La construcción resalta por el color blanco, actuando como un faro en lo alto del monte. De esta manera, se produce un punto de referencia visual para que sea fácil de localizar en el entorno baldío en el que se ubica. Al aproximarnos, llama la atención el gran pórtico triangular que nos da la bienvenida. Este elemento decrece en escala hasta convertirse en una grieta a modo de acceso para el visitante; trazando un filtro material que vincula el exterior con el interior. Dentro del oratorio, una gran cruz preside el hueco perforando los muros para que incida la iluminación natural.
Una de las mayores bondades de esta capilla moderna es el sutil movimiento que constituyen los pliegues del hormigón, transmitiendo una sensación contraria a la que este componente nos tiene acostumbrados. Y es que, flexionándose sobre sí mismo y dando lugar a curvas y ángulos imposibles, se nos presenta como algo liviano capaz de jugar con la luz.
En este enlace puedes ver otras arquitecturas religiosas contemporáneas.
Se ubica en lo alto de una colina en Sierra la Villa, un área rural de la provincia manchega de Cuenca.
Destacan la Capilla en Valleacerón y la Bodega 14 Viñas en Picón, ambos proyectos en Ciudad Real. La escuela de negocios IESE en Madrid y el centro de Conocimiento para el Círculo de las Artes y la Tecnología de Segovia.