La galería Philippe Gravier lleva desde 2008 estableciendo su interés por la relación entre la arquitectura, la escultura y el arte. Creadores de prestigio internacional exploran los límites de sus doctrinas con diseños, muchas veces sin ninguna utilidad aparente, pero aportando la belleza que transmite la frivolidad inocente de un pabellón, un folie o una cabaña.
Cabañas de diseño en medio del paisaje
El castillo Donjon de Vez abrirá sus puertas durante el verano de 2022 —del 4 de junio al 22 de octubre— a una muestra de Philippe Gravier, donde se podrán visitar una selección de maquetas y prototipos originales de los artistas y arquitectos que han trabajado en el proyecto durante estos años.
En las cabañas el propósito varía con los intereses del creador. Podemos ver ejemplos enfocados en desarrollar un lenguaje arquitectónico, en investigar acerca de un tratamiento de la luz determinado, en experimentar con el paisaje y los reflejos o en plantear organizaciones espaciales casi diagramáticas, pero todos comparten el carácter desenfadado que aporta dejar de lado el pragmatismo de un uso concreto. Según las palabras de Kengo Kuma: “Las casas para la ceremonia del té —cabañas—pueden entenderse como una pieza de realidad virtual donde es posible reproducir cualquier efecto completamente apartado del mundo real”.
Las cabañas de diseño de Kengo Kuma
Dentro del conjunto llama la atención la práctica del propio Kengo Kuma por la variedad de aproximaciones en sus instalaciones: Fu-an, Owan y Yure.
Fu-an es un ejercicio para construir el aire. Significa literalmente espacio flotante para la ceremonia del té, y con ello Kuma juega con la luz y la materialidad de un filtro textil suspendido sobre una gran bola de helio. El efecto —que a priori podría parecernos algo naíf— se resuelve de una manera elegante en la iluminación y en el contraste de texturas y formas. El plástico y la tela de super organza establecen un diálogo transparente sobre una pequeña superficie en la que se representa el monumento a la nada.
Owan exhibe un enfoque algo más terrenal. Este experimento puramente formal se plasma como un capricho geométrico que busca transformar la ductilidad del acero en algo completamente orgánico. El arquitecto genera una geometría sin aristas sobre la que se puede proyectar una malla tridimensional que reproduzca el movimiento y que vuelva a separar un interior de un exterior, un lleno de un vacío.
Yure es un volumen arquitectónico depurado muy ligado a la tradición japonesa. Kuma traza una relación de ambientes en altura que reviste con un cerramiento hecho a partir de la unión de elementos simples —listones de madera— hasta originar una piel tridimensional capaz de abrazar todo. La labor de la escala a la medida de un uso ficticio —una vivienda— completa la síntesis de esta mole desmontable llena de matices tradicionales.
Cabanes D’arquitectes de Philippe Gravier
Más allá de las cabañas de diseño de Kengo Kuma, Cabanes D’arquitectes nos enseña un repertorio de conceptos traducidos en objetos portátiles, una línea de trabajo opuesta a la esencia perdurable de la arquitectura. Un contexto que invita a desarrollar las facetas más creativas de esta disciplina, sin la necesidad impuesta —o autoimpuesta— de resolver un problema como acostumbran nuestros edificios o nuestras ciudades. El pensamiento feliz que transmiten estos caprichos es que hay vida y posibilidades imaginativas en todo el proceso farragoso de la construcción de una idea.
En este enlace puedes ver otras obras de Kengo Kuma.
Se trata de una exposición acerca del trabajo de investigación entre la arquitectura y la escultura que el galerista Philippe Gravier ha encargado a diferentes artistas.
Cabanes d’arquitectes se expone en el castillo de Donjon de Vez desde el próximo 4 de junio hasta el 22 de octubre.