El acto de crear una casa es necesariamente un ejercicio de diálogo. De alguna manera, el diseño tiene que resonar en sintonía con el ADN del cliente, lo que implica entender sus necesidades, sus ambiciones, pero también sus preocupaciones. Y el estudio vasco Tenka ha concebido una vivienda donde la geometría curva articula un espacio experimental que se identifica con el modo de habitar de sus inquilinos.
La geometría emocional de Tenka
El estudio Tenka ha reconvertido una antigua oficina del ensanche de Bilbao en una vivienda que reinterpreta el termino vasco Burgatoi. Traducido al español, este quiere decir “pieza curvada de madera”. Es por eso que la elección de una geometría curvilínea —nada habitual para este tipo de usos— define un espacio diurno que consta de cocina, comedor y sala de estar y una zona de noche, compuesta por habitaciones y baños.
Más allá de la compartimentación, esta geometría poco convencional modula un ambiente experimental, vivido y entendido como una secuencia de ambientes continuos y flexibles que culminan en el dormitorio principal. Además, este trazado sinuoso permite mayor libertad para absorber y ocultar las instalaciones que atravesaban, de forma casi caótica, la antigua oficina. Y es que, de forma intrínseca, esta disposición genera dinamismo al plantear unos puntos de vista no ortogonales para recorrer la concatenación de estancias de la casa. Un concepto similar a la promenade architecturale que Le Corbusier exponía en su arquitectura.
Una arquitectura curva llena de textura
Esta propuesta de paseo arquitectónico se sublima a través de la materialidad de estas superficies curvas. Un revestimiento estriado, a base de madera texturizada, que enfatiza el movimiento de estos planos. Todo mediante unas acanaladuras que proyectan un efecto de claroscuro en función de la incidencia de la luz. La elección material de Tenka se ha centrado en originar una atmósfera hogareña, pero con un toque lúdico representado por unas tonalidades capaces de reflejar el carácter jovial de los clientes, una pareja joven y su hijo.
La madera ha sido el componente encargado de aportar la calidez en unos acabados neutros y sinceros que muestran, en muchas ocasiones, la brutalidad de pilares, columnas y paredes de ladrillo visto. Ante esto, el azul aparece de modo recurrente en diversas variaciones: más pastel en los planos definidos por la madera texturiza a más saturado en la cerámica de baños. Así se va trufando el espacio de destellos cromáticos que otorgan gran personalidad a la vivienda. El resto de la gradación se complementa con elementos de mobiliario escogidos minuciosamente, piezas singulares que han terminado por aportar su idiosincrasia a este proyecto.
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TENKA es un estudio de arquitectura joven ubicado en Bilbao, especializado en la resolución técnica y artística de problemas relacionados con el diseño constructivo o de habitabilidad de espacios, ofreciendo soluciones creativas y de rigor técnico.
El proyecto Burgatoi se encuentra en la última planta de un edificio de los años 60 en el ensanche de Bilbao.