Gris. Un cielo pesado sobre lo que solía ser un poblado monte antes de que perdiera su frondosidad al calor de los hornos de cristal. Es el humo que ciega el sol. Esperar a que se disipe, esperar la normalidad. Checoslovaquia —hoy República Checa—, en la Praga donde luce el sol de lo cotidiano como cada día desde 1989, eso dicen. Porque destruir muros implica construir, y construir lleva tiempo. En la Praga de las Design Weeks, de los influencers y las redes sociales, sentimos ese gris pesado del pasado sobre la sociedad y la cultura; una cápsula del tiempo, abierta y humeante. Es imposible resistirse a explorarla.
El género, la identificación, la dominación y la sumisión. Contrastes, tensión, ambigüedad; lo subjetivo, lo aceptable o lo inaceptable. Dios o demonio, bueno o malo, Zuzana Svatik nos lleva desde The Academy of Fine Arts and Design en Bratislava por una carretera hacia la perdición: trazas de existencialismo del siglo XX, Lev Shestov con Instagram. Svatik usa el arquetipo del florero como vasijas de comunicación en escenas costumbristas, como nuevas cápsulas del tiempo en tiempos de volver a levantar muros.
En cerámica o cristal —siendo este último el reflejo de su identidad—, los cristales de Bohemia nos siguen la mirada. Allá donde miremos encontramos el vidrio hormonado, el plomo en su estructura, los tintes y su precisión milimétrica. Su belleza es atemporal; su delicadeza, femenina. Alphonse Mucha en pleno momento de empoderamiento femenil; Monika Fišerová & Jitka Frouzová con espejos para mujeres que reflejan su día a día.
El reflejo y la identidad también captan a Terezie Lexová y Štěpán Smetana en Mirror Stage, que nos dicen: “Comienza nuestro viaje desde el espacio imaginario del reflejo, donde nuestra personalidad se origina a través de la esfera simbólica e impersonal de la sociedad en la que ocupamos nuestro lugar. Un lugar que forma gran parte de lo que llamamos realidad. Ven a experimentarlo de nuevo. Averigua quién eres”. Lexová y Štěpán Smetana se hacen preguntas; su producto comunica y emociona. Lo estábamos buscando.
Son Dechem Studio los que interpretan el lado más comercial de nuestra cápsula temporal y lo demuestran en su colección de lámparas Eclipse. La sensibilidad necesaria, la razón meditada y la proyección viable de producto emergente. Se agradece.
Seguimos en nuestro camino y encontramos a Mila Zita y su colección Mind, con la que esta diseñadora de joyas y elementos diminutos sube de escala. Mind pasa desapercibida: son vasos y menaje, sencillos y sin un atractivo concreto. Y esa es su magia: Zita les ha dado un poder hipnótico que intriga y enamora. Como Praga, esa ciudad donde no hay derroche, ni espectáculo. Praga no es Milán ni Londres. Es más. Con mucho menos, es verdadera. Es auténtica. |