Creada en 1999, la marca se define como un productor de complementos de mobiliario con “alto contenido en diseño”. Asimismo B Line reconoce una intención made in Italy en sus creaciones, aunque los diseñadores escogidos sean de cualquier otra parte del mundo. En su colección, objetos de trazo hábil, ingenioso y resolutivo.
1. Manhattan. Itamar Harari
Taburetes de bar que recogen la forma de una copa de cóctel con cereza incluida. Un diseño fresco que alude con humor a una bebida clásica.
2. Multichair. Joe Colombo
Asiento versátil para espacios polifacéticos. Se puede convertir en silla, sillón, tumbona o chaise longue sumando un total de doce configuraciones según los usos que se den a la estancia que lo incluye.
3. Quby. Stefan Bench
Librería modular que admite, por fin, cualquier formato de libro, CD o DVD sin desperdiciar espacio y multiplicando las posiciones. Se combina en el suelo y también permite colgar cada módulo de una pared.
4. Boomerang. Rodolfo Bonetto
Creado tanto para estar solo como para convivir con otros de su especie, este sillón permite construir sofás modulares con un sencillo sistema de unión.