En Suiza existe una frontera delgada —casi invisible— entre el arte y la arquitectura. ¿Continente o contenido? ¿Valiosas pinacotecas o apabullantes espacios? En el país helvético, los edificios de los museos son una excusa para ir a visitar una institución cultural. ¿El motivo? El largo listado de arquitectos de primera línea que trazan la geografía expositiva de sus sorprendentes colecciones.
10 Art Museums of Switzerland
Desde nombres fundacionales como el de Le Corbusier hasta la contemporaneidad de Renzo Piano o Aires Mateus, Suiza acoge la gran arquitectura y la transforma en monumentales objetos de contemplación. Para ello, no duda en importar lo mejor del talento internacional y, a la vez, poner en valor el suyo propio. Aquí, la significancia y el eco del arte son primordiales y, por ello, también el contexto en el que se percibe. Berna, Lugano, Zúrich, Ginebra o Basilea establecen un recorrido estratégico para esta peregrinación estética, que aúna disciplinas de manera brillante a través de los 10 museos que conforman los Art Museums of Switzerland.
Museos en Lugano, Zürich y Winterthur
Berna recibe al visitante con una futurista edificación ondulante de Renzo Piano: Zentrum Paul Klee. Lugano, por su parte, seduce a su público con una mezcla única de precisión suiza y estilo de vida italiano a través del museo MASILugano, concebido por Ivano Gianola, uno de los máximos exponentes de la reconocida Escuela de Ticino. De ahí, pasamos al Museum für Gestaltung Zürich. Intervenido recientemente por Ruggero Tropeano Architekten, se ha convertido el principal espacio suizo dedicado al diseño y la la comunicación visual.
¿Alguna otra estrella? El británico David Chipperfield y su ampliación del Kunsthaus Zürich. A poco más de 20 km, en la ciudad de Winterthur, encontramos el Fotozentrum: un edificio clásico que acoge una fascinante y completa fototeca.
Lausana, Ginebra y Basilea
¿Y en Lausana? Ahí tenemos a los portugueses Aires Mateus, que inaugurarán durante este 2022 Plateforme 10, el nuevo distrito arty de la ciudad. Por supuesto, sin olvidar el MAMCO, en Ginebra, el mayor conjunto de arte contemporáneo del país ubicado en una antigua fábrica de sabor racionalista. Pero con una población muy sensibilizada, Basilea es la joya de la corona. Allí encontramos el Kunstmuseum Basel, el Museum Tinguely y, sobre todo, la Fondation Beyeler: insertada en un fantástico jardín, se descubre la colección de Hildy y Ernst Beyeler, que encuentra su hogar en una construcción acristalada, también de Renzo Piano.
Pintura, diseño, escultura, fotografía y otras materias —que van desde la gastronomía hasta las finanzas— se funden con la riqueza y diversidad de la arquitectura del país. Una exquisita amalgama de experiencias que conforman en sí mismas todo un itinerario artístico y que se configuran como una sucesión de ítems a través de los cuales recorrer la nación de los cantones.
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