Only women can sit on the chairs! Las sillas de Anna Aagaard desafían lo establecido en cuanto al comportamiento de género. La joven alemana moldea estos macrosillones escultóricos —mitad humano, mitad respaldo— para hablar del limitado espacio que a veces las mujeres ocupan, por ejemplo, al sentarse. Jensen los realiza en fibra de vidrio y resina acrílica, que maquilla en un tono rosáceo para emular lo femenino.
Sobredimensiona la anatomía de sus piezas y las abre de piernas para reclamar desde el asiento la igualdad entre hombres y mujeres. ¿El criterio? Rechazar lo bien visto y reflexionar y actuar guiándose por nuestro instinto básico.