Aftershock. James Turrell sacude la percepción en Copenhagen Contemporary

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¿Qué ocurre cuando lo inasible se torna palpable y lo sólido se disuelve ante la mirada? Aftershock arroja al visitante a un torrente continuo de luz y color, que altera su conciencia del espacio y del cuerpo. Esta instalación inmersiva de James Turrell se ha convertido en la primera obra permanente del Copenhagen Contemporary, el centro de arte contemporáneo situado en la periferia industrial de la capital danesa.

Una cámara de luz y ensoñación en la Copenhagen Contemporary

Tras su exhibición en la muestra Light & Space de 2021, Aftershock pasó a ser una pieza permanente del Copenhagen Contemporary en 2024, gracias a la donación de la fundación Augustinus Fonden. Ante la admiración del público y el impacto de la obra, resulta comprensible que la institución no quisiera prescindir de ella. La nave industrial que aloja el museo, con su estructura cruda y monumental, contrasta con la delicadeza de la luz que mana de la instalación. Y esa tensión entre lo rotundo y lo etéreo define la gravedad de Aftershock.

James Turrell, Copenhagen Contemporary
Aftershock, 2021 © James Turrell, Installation view at Copenhagen Contemporary, 2024. Photo by David Stjernholm

Una escalinata ceremonial conduce al espectador hacia las entrañas de este contenedor lumínico y enigmático. La sala, con su umbral semiondulado a lo desconocido, rememora una versión en miniatura del Teatro Popular Oscar Niemeyer de Niterói; cada quince minutos, únicamente diez personas descalzas pueden acceder a la instalación. La cámara enteramente blanca se va tiñendo poco a poco de una sinfonía cromática, donde los límites entre cuerpo y recinto se vuelven frágiles e indeterminados. Aftershock confunde los sentidos: en su interior, los contornos se diluyen, el color adquiere densidad y el cerebro, saturado, busca en vano un punto de referencia al que aferrarse o donde fijar la mirada.

James Turrell, Copenhagen Contemporary
Aftershock, 2021 © James Turrell, Installation view at Copenhagen Contemporary, 2024. Photo by David Stjernholm

En medio de la luz estroboscópica y las tonalidades que desestabilizan la percepción, el sutil zumbido ambiental intensifica la inmersión y profundiza la desorientación. Más que de observar, se trata de sentir cómo cuerpo y mente luchan por aclimatarse a un habitáculo que parece expandirse hasta el infinito. En los diez minutos que dura la intervención, James Turrell consigue lo que pocos artistas: trastocar la conciencia, desdibujar la realidad y generar un instante de concentración plena en un mundo saturado de estímulos.

James Turrell, Copenhagen Contemporary
Aftershock, 2021 © James Turrell, Installation view at Copenhagen Contemporary, 2024. Photo by David Stjernholm
James Turrell, Copenhagen Contemporary
Aftershock, 2021 © James Turrell, Installation view at Copenhagen Contemporary, 2024. Photo by David Stjernholm

Terremoto sensorial de James Turrell

Sin referencias espaciales ni límite temporal, esa pérdida de anclaje es comparable a volar por el interior de una nube. Piloto desde la adolescencia, Turrell establece un vínculo decisivo entre la experiencia de volar en avión y la de la instalación. Cuando la luz se percibe como un ente suspendido en la atmósfera, la sensación fantasmagórica e hipnótica nos acerca al desajuste. En ese contexto, Aftershock emerge como un oasis de introspección vertiginosa.

James Turrell, Copenhagen Contemporary
Aftershock, 2021 © James Turrell, Installation view at Copenhagen Contemporary, 2024. Photo by David Stjernholm

Influenciado por la psicología perceptual y la astronomía, el creador estadounidense utiliza la luz como medio artístico desde la década de los sesenta. Para él, no es solo un fenómeno físico, sino un mediador del tiempo y la impresión. Más allá de la marca visual, su práctica cuestiona cómo el fulgor moldea nuestra conciencia y, en consecuencia, la manera en que habitamos lo que nos rodea. En concreto, esta pieza conecta con la técnica del Ganzfeld, acuñada en los años treinta por el psicólogo Wolfgang Metzger para describir un experimento psicológico ligado a la sobreexposición sensorial y extrasensorial. Las alucinaciones surgen cuando la mente, al enfrentarse a un flujo de color envolvente, debe buscar significado en un perímetro de apariencia infinita.

James Turrell, Copenhagen Contemporary
Aftershock, 2021 © James Turrell, Installation view at Copenhagen Contemporary, 2024. Photo by David Stjernholm

Aftershock opera como un terremoto perceptivo cuyas réplicas se extienden mucho más allá del terreno ocular. En ella la luz se transforma en un fenómeno tangible que distorsiona la noción del lugar y su profundidad, arrastrando al visitante a una dimensión totalmente ilusoria y sin confines. Entre lo físico y lo visual, la vivencia declara cómo la luz puede guiarnos hacia formas desconocidas de entender el mundo. Al fin y al cabo, la instalación comienza y termina en la mente de quien la mira.

James Turrell, Copenhagen Contemporary
Aftershock, 2021 © James Turrell, Installation view at Copenhagen Contemporary, 2024. Photo by David Stjernholm

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