El carioca Caio Superchi, que descubrió la carpintería a los 22 años, ha desarrollado una línea de productos que transforma objetos industriales y materiales de derribo en piezas de diseño funcional. Afincado en Lisboa, Portugal, el artista y artesano ya ha expuesto sus trabajos en muestras de América Latina y Europa.
La filosofía de trabajo de Superchi se fundamenta en el concepto «nada se crea de la nada». Para él, cada pieza de madera lleva consigo una historia y tiene el potencial de convertirse en algo completamente nuevo. Su trabajo es una interpretación sobre el significado de la transformación, que va más allá del simple reciclaje por necesidad ecológica: se trata de crear una narrativa visual y funcional que celebra la metamorfosis de los materiales.
El artista trabaja principalmente con maderas nobles de derribo procedentes de edificios históricos de principios del siglo XX de Río de Janeiro y Portugal. Estas maderas, como la peroba-de-campos y otras especies macizas de alta calidad, ya poseen memoria física con marcas del tiempo, pátina natural y texturas únicas, además de una resistencia superior al haber pasado por el proceso de secado natural a lo largo de décadas.
El porfolio de Superchi Studio incluye siete piezas principales, todas creadas a partir de la reutilización de materiales con historia. La colección abarca desde lámparas hasta muebles, con precios y disponibilidad bajo consulta.
Entre los destacados está Rover, un escritorio hecho con la puerta de un antiguo Land Rover combinada con caoba maciza. Cada pieza es única y refleja el concepto de upcycling: la transformación de materiales desechados en productos de mayor valor.
La lámpara Vitrum utiliza aisladores eléctricos de vidrio templado del siglo XX, originalmente utilizados en postes de suministro eléctrico. El objeto combina vidrio, latón pulido y base de roble francés macizo, con acabado en cuero. La bella forma del aislador no es accidental, sino funcional, pues fue diseñada para resistir los cables de alta tensión.
Benzina parte del icónico bidón de combustible producido en masa durante la Segunda Guerra Mundial. La pieza numerada y firmada tiene altura y ángulo de iluminación ajustables y está fabricada manualmente con madera reciclada. Del combustible a la electricidad, Benzina simboliza las transformaciones que moldean el mundo.
La lámpara de pie Volare incorpora una regla y contrapeso de una balanza industrial de bronce de los años treinta, producida en Brasil. El mecanismo original se mantiene funcional, alterando el equilibrio entre luz y sombra. Equilibrio es la identidad, forma y función de esta pieza de diseño limpio, ligero y atrevido.
Miglia, creada en colaboración con Dimitrih Correa, es una pieza multifuncional inspirada en los faros de rally. Hecha con tubos metálicos industriales y madera maciza, sirve como lámpara, perchero y sistema de almacenamiento, con tres espacios ocultos en la base y tapas magnetizadas.
La lámpara Viga reutiliza vigas de derribo de principios del siglo XX. Su cúpula metálica trapezoidal flota sobre una base de madera con imanes integrados, permitiendo ajuste vertical para luz directa o indirecta. La pieza surgió de la observación de los restos de vigas desechadas en el taller donde trabajaba Superchi.
Freno adapta un freno de acero de motocicleta a una lámpara. El reto era repensar algo que cambió toda una industria y transformarlo en una pieza de diseño funcional. El mecanismo mantiene su función original como tope para la pinza magnética de madera de la lámpara, que gira 360 grados, utilizando el diseño para rendir homenaje a la función.
La línea incluye también Ventus, fabricada en acero inoxidable y haya carbonizada mediante la técnica japonesa Shou Sugi Ban. Inspirada en las tomas de aire de maquinaria clásica, la pieza puede utilizarse tanto en interiores como en exteriores.
Superchi atribuye la influencia de su padre a su forma de pensar el diseño. «Al crecer, fui influenciado para pensar sobre la función de los objetos y ver más allá de eso, ver en qué otras cosas podrían convertirse», afirma el artista. Esta visión transformadora es lo que permite que vigas de derribo se conviertan en sofisticadas lámparas o que frenos industriales inspiren piezas de iluminación.
El proceso de creación es totalmente manual. Para Superchi, utilizar materiales reutilizados no es solo una tendencia estética, sino un posicionamiento ético. Es su forma de reducir los residuos, valorar recursos que serían desechados, crear objetos duraderos y atemporales, y conectar pasado y presente a través del diseño.
Superchi Studio fue fundado como forma de unir lo que el artista aprendió con lo que imaginaba. Tras mudarse a Lisboa, Superchi continuó desarrollando su trabajo, donde arte, sostenibilidad y funcionalidad se encuentran armoniosamente, transformando lo que sería desechado en objetos de deseo con alma y propósito.
Instagram: @superchi.studio
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