Del Gallo de Barcelos a la Vanguardia: La nueva cerámica portuguesa de Liliana Silva

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ESTUDIO

CATEGORÍA

Liliana Silva funda Terrakota, marca que lleva la cerámica artesanal de Barcelos a galerías y concept stores de todo el mundo

By Samuel Serpa

La ceramista Liliana Silva, de 38 años, fundó en 2020 la marca Terrakota, que reinterpreta la tradición cerámica portuguesa con lenguaje contemporáneo. Natural de Barcelos, en el norte de Portugal, es nieta e hija de alfareros y trabaja actualmente en su propio taller en Esposende. Sus piezas se venden en galerías y concept stores internacionales.

Cada creación está hecha a mano, en el torno de alfarero, con colores vibrantes y formas que transforman objetos utilitarios en esculturas funcionales. La producción rechaza la fabricación en masa y valora las imperfecciones como parte de la obra. El barro utilizado procede de la región Norte, de Alvarães.

El proyecto principal de la marca es la colección DisFunction, presentada en la Lisbon Design Week en 2025. Son seis piezas que varían entre 1 metro y 2,10 metros de altura. La colección cuestiona la relación entre función y expresión en la cerámica: objetos reconocibles son deformados y distorsionados hasta convertirse en esculturas que provocan al observador.

Del diseño de moda a la cerámica portuguesa

Liliana Silva pasó cinco años en Londres, donde estudió Diseño de Moda y Calzado. Exploró museos y galerías antes de regresar a Portugal para trabajar con cerámica. Se integró inicialmente en la empresa familiar y desarrolló su propio estilo. La marca Terrakota nació de esta fusión entre la herencia de los alfareros y la formación en diseño.

«My greatest tool is my heart and my hands», afirma la artista. La conexión emocional con el barro guía su trabajo. El torno de alfarero, la forma manual y los ritmos lentos del trabajo artesanal son fundamentales en su proceso.

La formación en diseño aportó una perspectiva contemporánea a la cerámica tradicional. Las piezas tienen formatos mayores y presencia fuerte. Van más allá de la función y se transforman en objetos de arte. El color y la forma se utilizan como medio expresivo, no meramente utilitario.

Proceso y Filosofía

La producción es manual. Cada pieza es única, con imperfecciones intencionadas. La apuesta está en la singularidad y el valor del tiempo. Las creaciones invitan a la contemplación y al cuidado. Están hechas para durar, no para desechar.

La textura de la cerámica, el tacto, la curva y el volumen forman parte de la expresión artística. Formas simples pero expresivas habitan el espacio y dialogan con él.

Cada pieza nace de un lugar personal: una memoria, un gesto, una inquietud. Cuando el trabajo está pensado para alguien, el proceso se vuelve aún más sensible. Es necesario percibir quién es esa persona, qué siente, qué busca. La materia gana forma y también gana historia. Esta historia queda entre la creadora y el cliente.

Colección DisFunction

La colección DisFunction tardó dos meses en producirse, sin margen de error. Todas las piezas están hechas a la rueda. El secado es natural. En una fase casi seca, van al horno a calor bajo. Después se llevan al horno de 4 metros y se cuecen a 900 grados durante 9 horas. Posteriormente se pintan a mano.

En DisFunction, cada pieza parte de un objeto utilitario. Formas reconocibles, casi familiares. Después se manipulan hasta el límite: la artista deforma, distorsiona y suspende la función para dar paso al extrañamiento. Lo que era útil se vuelve escultórico. Lo que era objeto cotidiano se transforma en arte.

La colección establece un diálogo directo con la tradición del Gallo de Barcelos. Las seis piezas están pintadas con los mismos colores vibrantes del símbolo portugués: azul, rojo, naranja, amarillo y verde. Uselessness viene en azul mate. Terramorpha aparece en rojo. Unmeasured surge en naranja. Disforme es amarilla. Subverse gana verde. Funcídio también es azul.

La elección de los colores no es casual. Liliana Silva establece un puente entre la herencia ceramista de Barcelos y la ruptura contemporánea. Los colores tradicionales del gallo, símbolo de justicia y esperanza, se aplican a piezas que cuestionan precisamente la función y la tradición. Lo que era símbolo de la utilidad y la suerte se transforma en manifiesto de la inutilidad y la libertad de la forma.

La artista pretendió mostrar la belleza en lo imperfecto y en lo que se desvía de las normas. Son piezas intencionales en sus fallos. Invitan al observador a reconsiderar la relación emocional con los objetos y con el propio acto de usar. La ceramista continúa el desarrollo de la serie en escala escultórica y con nuevas técnicas de superficie y color.

Trayectoria y Reconocimiento

La cerámica portuguesa, especialmente del Minho y alrededores de Barcelos, sirve de referencia constante. La memoria, la cultura local y las texturas del barro tradicional aparecen estilizadas en el lenguaje contemporáneo de Liliana Silva. Barcelos es una ciudad con profunda tradición ceramista, cuna del famoso Gallo de Barcelos.

La artista participó en la Lisbon Design Week en 2025 y presentó la colección DisFunction en el Hotel Mélia Braga. El Palma Project se expuso en el Chiado, en Lisboa. También participó en la Lisbon International Contemporary Exhibition, en la Galería Natália Gromicho.

Barcelos y la Tradición Ceramista

Barcelos es una ciudad del Alto Minho, distrito de Braga, con profunda tradición ceramista. La alfarería de Barcelos ganó reconocimiento internacional cuando el Gallo de Barcelos se expuso por primera vez en la Exposición de Arte Popular Portuguesa en Ginebra en 1935. La ciudad mantiene hasta hoy la mayor feria tradicional del norte de Portugal, realizada todos los jueves.

El Gallo de Barcelos es el souvenir portugués más famoso. La leyenda se remonta a la época medieval y narra la historia de un peregrino gallego que viajaba a Santiago de Compostela y fue injustamente acusado de un crimen en Barcelos. Condenado a la horca, el hombre señaló un gallo asado en la mesa del juez y declaró que el animal cantaría para probar su inocencia. El gallo asado se levantó y cantó, salvando al peregrino.

A partir de los años 1930, el Gallo de Barcelos se convirtió en presencia constante en eventos promocionales y apareció como imagen principal de los carteles turísticos que promovían Portugal. El colorido gallo de cerámica, tradicionalmente pintado a mano con colores vibrantes como rojo, amarillo, verde y azul, se transformó en símbolo nacional.

El gallo está tradicionalmente asociado a virtudes mitológicas y es símbolo del pueblo por su aproximación doméstica. Debido a su canto, también se asocia a la victoria, la luz y el alejamiento de fuerzas negativas. En la cultura popular portuguesa, representa justicia, suerte, honestidad y esperanza.

El Museo de Alfarería de Barcelos documenta la historia de los alfareros de la región y preserva la memoria de este arte ancestral. El Cruzeiro do Senhor do Galo, monumento del siglo XVII que forma parte del acervo del Museo Arqueológico de Barcelos, está asociado a la leyenda del peregrino.

Liliana Silva, a través de Terrakota, proyecta esta tradición milenaria hacia el futuro con lenguaje contemporáneo. La artista mantiene viva la herencia de los alfareros de Barcelos y lleva la cerámica portuguesa al mercado internacional con visión artística moderna.

Estudio
Terrakota Ceramic by Liliana Silva

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