Hasta el 15 de diciembre, el Centro Nacional de Arte de Tokio se viste de luz y gemas con la llegada de Bvlgari Kaleidos: Colors, Cultures and Crafts, la exposición más grande en en la última década de la firma romana en Japón. Y, para su diseño expositivo, los arquitectos Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa de SANAA han trazado junto a Formafantasma un recorrido luminoso que celebra el color, la artesanía y la fusión cultural entre Italia y Japón.
Luz, simbolismo y ciencia en el aura irisada de Bvlgari
El lenguaje joyero de Bvlgari se aleja de monocromía clásica para sugerir un amplio abanico cromático en sus gemas. Y aureolada de esta cultura artesanal rica en tonalidades, la gran exhibición Bvlgari Kaleidos: Colors, Cultures and Crafts se ha desplegado en el Centro Nacional de Arte de Tokio como una constelación irisada, que reúne cerca de 350 obras maestras de alta joyería, arte contemporáneo y archivo histórico de la firma. Una extensa colección que concibe el color como un principio transformador, y que articula la identidad de Bvlgari a lo largo de tres capítulos inmersivos.

El primero de ellos, titulado La Ciencia del Color, propone una mirada técnica que evidencia cómo la marca logra armonías visuales por medio de las combinaciones audaces de elementos. El segundo, llamado El Simbolismo del Color, explora la dimensión cultural, espiritual y emocional de la paleta de Bvlgari. Y, como el color es un poema lumínico, el recorrido concluye con El Poder de la Luz: una sección dedicada a la relación entre los metales preciosos y la luminosidad proyectada sobre las piedras. Además, todo este conjunto se ha enriquecido con intervenciones multisensoriales de tres artistas contemporáneas: Lara Favaretto, Mariko Mori y Akiko Nakayama, quienes han expandido el nimbo policromático de Bvlgari hacia nuevas perspectivas estéticas.

SANNA y Formafantasma: Un caleidoscopio entre Roma y Tokio
Las vitrinas, creadas por el dúo italiano Formafantasma, surgen sobre el terreno tokiota como elementos escultóricos donde las joyas parecen flotar. A la vez que su sencillez formal y estructural transmite la serenidad del diseño oriental, los acabados en vidrio, metal y resina juegan con la transparencia espacial, la sombra y los reflejos. De ese modo, se configura un ambiente etéreo que amplifica los efectos de color y que realza el brillo de las gemas en las piezas.


En la misma resonancia conceptual, la arquitectura del lugar se pigmenta por medio de la segmentación liviana y la refulgencia. Insinuando los mosaicos de las antiguas Termas de Caracalla —que inspiraron el alma romana de Bvlgari—, el estudio japonés SANAA ha trazado un circuito ligeramente fragmentado, que se teje y dispone por medio de curvas suaves extraídas del patrón orgánico de hoja de ginkgo.

Este homenaje a la belleza atemporal —que conecta la tradición italiana con la sensibilidad japonesa— ha emplazado un escenario de paredes traslúcidas y luz filtrada, que desliza a los visitantes en su tránsito sin interrupciones. Una escenografía que perfila un puente poético entre Roma y Tokio, y una cita obligada para todo aquel que busque comprender el arte de ver a través del prisma del color.

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