¿Hay algo peor que un robot terrorífico para hablar del fin de nuestra naturaleza? Ahora que el mal parece estar tan presente, es momento de tomar consciencia de los errores pasados que desencadenaron la desaparición de especies y poblaciones completas. Requiem for an Exit es una instalación robótica diseñada por Thomas Kvam y Frode Oldereid, que narra la herencia histórica del genocidio y la guerra. El busto de cuatro metros de altura se muestra como un cancerbero, cuya mirada expresa más miedo que sus palabras. Su discurso desesperanzador revela que el ADN prehistórico sigue estando en nuestra generación, uniendo la biología humana con el porvenir algorítmico para vaticinar que el sino de la humanidad no es otro que su extinción autoinducida. La oscuridad de esta manifestación transversal entre tecnología, poder e ideología no deja indiferente. Si realmente hacer daño es inherente al genoma humano, ¿serán las personas quienes motiven de manera irreversible su propia desaparición? ¿O nos destruirán las máquinas?













