Poética de la luz vertical: un patio interior que articula toda la vivienda
Concepto y origen
La reforma parte de una premisa ambiciosa: convertir un patio olvidado en el auténtico corazón emocional de la casa. El espacio, antes residual, se eleva ahora tres niveles y actúa como mecanismo de ventilación cruzada, pozo de luz y pieza escultórica que conecta visualmente todas las plantas. La intervención no pretende sólo iluminar, sino emocionar: cada rayo de sol se multiplica en los cristales y dibuja geometrías cambiantes sobre el mármol.
Materialidad precisa y ordenada
Para generar continuidad visual seleccionamos mármol veteado en corte chevron. Sus piezas, sin juntas aparentes, crean un lienzo mineral que sube hasta la claraboya. Encima, una lámpara compuesta por varillas de cristal macizo actúa como escultura de luz. De esta forma, cada rayo solar se refleja y produce destellos controlados que animan el espacio sin saturarlo.
Detalle constructivo y diálogo cromático
Marcamos el ritmo de los paramentos con paneles estriados y tapizados en terciopelo malva. Este contraste, discreto y táctil, aporta profundidad. Asimismo, los perfiles de aluminio color arena recogen los encuentros y ocultan la instalación LED que baña los muros al caer la tarde. La precisión milimétrica de estos detalles garantiza que la estética se mantenga impecable con el paso del tiempo.
Conexión visual entre plantas
Añadimos una pasarela acristalada a +3,30 m que une ambas alas de la casa. Aquí, los habitantes se detienen, conversan y observan la lámpara a media altura. Así, la circulación diaria se convierte en experiencia sensorial. Desde este mirador se percibe la cocina de planta baja y, al mismo tiempo, la suite principal, lo que refuerza la idea de hogar abierto.
Cocina: epicentro social
La cocina, situada bajo la pasarela, hereda la paleta mineral. Una gran isla de mármol Calacatta permite cocinar mientras se contempla el jardín. Estanterías retroiluminadas exhiben objetos escultóricos y materializan la personalidad de los propietarios. El pavimento de mármol pulido extiende visualmente el patio e integra comedor y sala de estar.
Suite principal frente al mar
En el dormitorio, el cabecero tapizado en gris cálido dialoga con un mural cerámico azul cobalto. El gran ventanal enmarca el Mediterráneo y llena la estancia de luz natural. La alfombra, con dibujo topográfico dorado, recuerda la geografía del lugar y añade textura sin competir con las vistas.
Conclusión: arquitectura que emociona
El proyecto demuestra que un patio puede pasar de espacio olvidado a motor de bienestar. Cada material, cada unión y cada destello de luz se han pensado para emocionar y, al mismo tiempo, resolver necesidades funcionales: mejorar la iluminación, optimizar el consumo energético y articular las circulaciones. En definitiva, convertimos un vacío vertical en el alma de la vivienda y, con ello, transformamos la rutina cotidiana de sus habitantes en una experiencia estética y cálida.
- Estudio
- Anvana Architects