Un espacio de trabajo y gastronomía donde la memoria arquitectónica se funde con el diseño contemporáneo, en pleno casco histórico de Logroño. Celebona 1960 abre oficinas en una antigua vivienda con jardín privado y estructura en abanico. El resultado: un interiorismo que respira historia y proyecta futuro.
El diseño como medio para narrar una historia. Así podría resumirse la intervención que el estudio Perspectiva Moma — liderado por Mónica Comunión y María Ruiz-Jadraque — ha llevado a cabo en un edificio histórico, protegido por Patrimonio, en el centro del casco histórico de Logroño para la empresa gourmet Celebona 1960. Un proyecto donde lo funcional y lo simbólico conviven en cada uno de los espacios, manifestando un profundo respecto hacia la arquitectura vernácula.

Celebona 1960. Un proyecto gastronómico con identidad y pasión.
En el mundo del interiorismo, la historia y la identidad de un espacio se convierten en elementos cruciales para el diseño. En este caso, la marca ‘Celebona 1960’ nos ofrece una rica narrativa, una herencia de experiencias vitales y un profundo compromiso con la alta calidad en la gastronomía. Ubicado en un edificio construido en 1935 y conocido como “la casa del jardincito» o «la casa de la parra”, el nuevo espacio corporativo de Celebona 1960 reinterpreta el concepto de una oficina convencional. En una declaración de intenciones, los fundadores de la compañía transmiten aquí su pasión por la gastronomía de calidad, el respeto por la tradición y su propia herencia familiar.

El proyecto se desarrolla sobre una entreplanta que anteriormente funcionaba como vivienda. El programa se articula en torno a un recorrido paralelo a las fachadas, organizando las funciones de forma fluida y abierta. El corazón del espacio lo ocupa una sala polivalente con cocina de showcooking, concebida como epicentro de actividades formativas, gastronómicas y sociales. Desde ahí, se despliega un abanico organizativo que abarca despachos, zonas de reunión, áreas de almacenamiento, aseos y un discreto office.

El concepto de las tres pieles estructura la narrativa material del interiorismo.
El diseño del espacio se basa en la diferenciación de tres zonas a través del uso de materiales y una cuidadosa selección de iluminación. Estas tres zonas quedan marcadas por sus tres «pieles,» cada una con su propia identidad. La primera, en fachada, recupera la piedra original del edificio, estableciendo una conexión directa con su memoria constructiva.
La segunda piel corresponde al elemento central que vertebra el espacio, una celosía de roble teñido, que actúa como filtro funcional y visual, permitiendo conectar o separar los espacios mediante puertas correderas integradas. La tercera piel , un panelado de roble natural, recorre el interior cubriendo zonas de servicio y almacenaje con una presencia cálida y armoniosa.


La iluminación, concebida como un material más, se integra sutilmente en el conjunto. La luz natural se potencia mediante la apertura hacia las fachadas, mientras que la iluminación artificial destaca elementos clave y genera atmósferas acogedoras. El falso techo, en madera de roble natural teñido en negro y compuesto por lamas dispuestas en abanico, remite a la estructura original del edificio y añade profundidad visual al espacio.

Un oasis urbano, fresco y sostenible, que recupera la esencia de los patios de pueblo.
Entre los elementos más singulares del proyecto destaca un atractivo oculto: el acceso privado desde las oficinas a un patio ajardinado interior. Este espacio al aire libre, recreado como un patio de pueblo, se ha diseñado como un auténtico oasis urbano. El suelo, con baldosas de barro recuperadas, el perímetro lleno de vegetación y una alberca ornamental en cuyo centro vierte agua una fuente de caño, generan una atmósfera tranquila y refrescante gracias al sonido del agua en movimiento y la presencia constante de elementos naturales.

Comprometido con la sostenibilidad, el proyecto reutiliza tantos elementos existentes como ha sido posible, y prioriza materiales de proximidad. En una de las fachadas que dan al jardín, crece una gran parra centenaria que ha sido cuidadosamente preservada durante el proceso de obras, debido a su valor botánico y simbólico dentro del edificio. Todo el patio se ha restaurado con un profundo respeto por los materiales originales: el ladrillo de las fachadas, la cerrajería de las rejas de cierre y la escalera de caracol en forja que conecta directamente el jardín con el interior de las oficinas.

Un programa amplio y fluido para albergar desde los despachos hasta un showcooking.
Los despachos, orientados a la calle San Agustín, se conciben como espacios flexibles, conectados mediante puertas de vidrio que permiten mantener la sensación de amplitud sin renunciar a la privacidad cuando es necesaria. El mobiliario, diseñado a medida, se adapta a los ritmos estructurales del edificio y a sus huecos preexistentes, respetando su volumetría y escala. La cocina, diseñada a medida en tablero de roble teñido, incluye una isla con zona de cocción y mesas modulares que permiten transformar el uso del espacio según las necesidades.


La cocina, diseñada a medida en tablero de roble teñido, incluye una isla con zona de cocción y mesas modulares que permiten transformar el uso del espacio según las necesidades. En este espacio multifuncional y versátil se desarrollan desde presentaciones de producto, hasta jornadas de formación, o eventos de showcooking impartidos por importantes figuras del sector de la cocina contemporánea.

Celebona 1960 inaugura con este nuevo espacio una nueva forma de habitar la memoria, y de proyectar la tradición hacia el futuro. Un proyecto de interiorismo que convierte la historia en materia tangible.
- Estudio
- Perspectiva Moma