White Noise Dada despliega su universo creativo como una partitura visual que moviliza objetos y espacios con humor y mucha irreverencia. Este colectivo de diseñadores, formado por los diseñadores Klaas Kuiken y Charley Reijnders, juega con referencias históricas y rompen moldes entre arte y objeto.
Art design más allá del objeto
El art design —esa intersección entre arte, diseño y experiencia— no ha nacido para llenar un vacío funcional: lo que busca es reactivar la curiosidad de quien observa. De esa manera, esta disciplina descompone el utensilio doméstico para reaparecer con nuevas lecturas. El estudio neerlandés White Noise Dada se acoge a esta vertiente, impregnando su trabajo de reflexiones que posicionan a sus piezas como herramientas para interrogar lo cotidiano y rescatar en ellas lo inesperado. En sus creaciones, la historia del diseño resuena como un estímulo pop, y es que ya en su nombre se adivina ese cruce: el ruido blanco —esa base constante que lo une todo— y el dadá, el movimiento artístico heredero del caos provocador.

El catálogo de White Noise Dada es múltiple, con lámparas sinuosas que recuerdan a tempestuosas algas marinas o volúmenes geométricos que rememoran la estética modernista. En sus exposiciones, en la galería Rossana Orlandi o en la última edición de Collectible Design Fair, el estudio ha desafiado la función sin quitarle su sentido. Lo encontramos en mesas que cambian de escala al abatirse, biombos que sugieren ventanas, un espejo iluminado que parece filmar un escenario interior. Y toda esa tensión genera una narración espacial, una microficción potenciada.


La ruptura de lo doméstico en el porfolio de White Noise Dada
Ante la neutralidad estética y la homogeneización del diseño, White Noise Dada mitiga su radicalismo con rigor. Sus referencias se extienden desde la arquitectura brutalista, intervenciones artísticas efímeras, diseño de resistencias técnicas o narrativas visuales de los 60. En Load, un armario se convierte en un tótem contemporáneo, con una superficie saturada de envoltorios, logotipos, residuos y huellas del consumo masivo. Cada componente plástico ha sido termomoldeado sobre la estructura de madera, formando una piel estridente y deformada. La artesanía convive con la basura visual del mundo: bolsas de snacks, tipografías mainstreams y sellos de marketing.

Siguiendo esa sátira, Order Now! plasma una luminaria hecha de capas de metacrilato cortado con formas propias del cómic y la cultura low cost. El mensaje plantea una crítica al lenguaje del consumo urgente, a la llamada permanente de la posesión mediante pulsiones. Y cada fragmento iluminado desde dentro hace que la lámpara grite su absurdo y su belleza al mismo tiempo. En vidrio, aluminio y color, Bling nos enseña una sensualidad cruda en varias esculturas verticales. La parte superior —de apariencia congelada, casi inestable— reposa sobre bases tubulares que parecen instrumentos de laboratorio; mientras que las burbujas de color (verde, ámbar, amarillo) parecen incubadoras orgánicas atrapadas en estructuras frías. No son pedestales: son seres con piernas largas que sostienen bloques inciertos.

Podría pensarse que la obra de White Noise Data intenta provocar, pero su impacto es más sutil, ya que el humor se convierte en estrategia crítica al desmontar la rutina para revelar su reverso poético. De ese modo interrumpen y sacuden el diseño. Con una fuerza asentada en la mezcla del comentario cultural, la ejecución técnica y una libertad formal que no teme lo desbordado. Así surgen sus anomalías: introduciendo la duda donde había costumbre.

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